31 de diciembre de 2010

In my life (1965-2003): Esta vez son la pluma de John Lennon y la voz de Johnny Cash, quienes me cubren la espalda para decirles que les deseo un espléndido 2011.

Hay lugares que recordaré toda mi vida
aunque algunos hayan cambiado,
unos para siempre y no para bien.
Otros han desaparecido, otros permanecen.
Todos estos lugares tuvieron su momento,
con amantes y amigos que aún recuerdo,
algunos han muerto, otros están vivos.
En mi vida los he amado a todos,
pero de todos aquellos amigos y amantes,
no hay nadie que pueda compararse contigo.
Y estos recuerdos pierden su significado
cuando pienso en el amor como algo nuevo.
Aunque sepa que nunca perderé el cariño
por la gente y las cosas que ya pasaron,
y que a menudo me detendré a pensar en ellos.
En mi vida, te amaré más que a nadie.


 

24 de noviembre de 2010

You take my breathe away (1976): Aún conservo el viejo casete en el que grabé los grandes éxitos de Queen. Lo copié de un casete pirata de una prima a la que le gustaba el rock. Mi relación con Queen no ha sido de amor profundo pero ha estado presente siempre. Recuerdo de lejos ver el tributo a Freddie Mercury en Wembley, mi atención puesta en David Bowie y Mott the Hoople, el coro gospel en "Somebody to love", Elton John, Robert Plant y Roger Daltrey; recuerdo a los cantantes y la ausencia del El Cantante.

Muchos años después casi canto "Bohemian Rhapsody" para 1.600 personas. Mi profesor de técnica vocal estaba ayudando en el montaje de una vergonzosa ópera-rock, un día al finalizar la clase me pidió que me quedara y cantara solo "Bohemian Rhapsody".En principio esa canción la haría una chica pero empezaba a fallar a los ensayos y no la notaban muy comprometida. Así que me pidieron que la ensayara junto con una de Serú Girán. Canté "Bohemian Rhpasody" como un loco durante un mes. Me gustaba cómo sonaba en mi voz. Al final hice la de Serú, pero por alguna extraña razón me sentí orgulloso de la voz de Mercury en mi voz. ¿Herejía?

El recuerdo de algunos amigos queridos me remite de inmediato a Queen. Hace casi cuatro años descubrí que las canciones de Queen me reconcilian con la vida. Todas, o casi. Creo que esto ya lo había dicho. En todo caso, son mis palabras de profundo agradecimiento para Freddie Mercury por toda la alegría otorgada. Ojalá que exista el cielo.

 

13 de noviembre de 2010

Only love can break your heart (1970): Integridad puede ser una de tantas palabras y virtudes para definir a Neil Percival Young. Tan grande como su leyenda, Young celebra hoy 65 años de vida íntegra. Ninguno de sus discos y sus respectivas canciones pasó jamás por filtros diferentes a sus inquietudes éstéticas y políticas; de eso dejan constancia sus discos más odiados pero atrevidos. Como por ejemplo "Le Noise" (2010), su más reciente álbum que estrenó antes de llegar a los 65. Y es que el espíritu de las canciones del joven Neil sobrevuela praderas, playas, bosques y calles de tiempos pretéritos, presentes y futuros en los que la inteligencia y el corazón siempre son objeto de burla cínica y amenaza. Ahí está Neil Young, siempre, acompañando almas desoladas con una vieja guitarra -acústica o eléctrica- y una fágil voz que sentencia verdades devastadoras para fortalecer humanidades. Feliz cumpleaños, Neil. Gracias por tanto bien hecho en mí.

 

20 de octubre de 2010

Scare easy (2008): Quiso que su banda fuese una suma de los Stones y los Byrds y terminó humillando rocanrol de verdad, con amistad y humildad, trazando una estela en el tiempo. Cuando pienso en qué guitarra eléctrica me gustaría tocar, pienso en él y una Rickenbaker. Soy un seguidor devoto de sus canciones y su nasalidad y su languidez y sus discos y sus productores y sus grupos; como el que revivió en 2008, el de la adolescencia, con el que soñó brillar en el mundo y ser grande. Pues bien, una vez grande se permitió seguir brillando con un disco monumental que transpira country y rock en cada minuto, enseñándole de paso, y como quien no quiere la cosa, a decenas de bandas amantes del estilo "americana" de qué va ese asunto. Siempre ese así, como quien no quiere la cosa. De tarde en tarde Thomas viene a arreglarme la vida con alguna de sus tonadas sencillas, de esas que dan en el blanco y rompen el corazón. Felices 58 años querido Tom Petty.

 

9 de octubre de 2010

Nobody loves you (when you're down and out) (1974):


La irremediable sensación de pérdida después de hallar tesoro. La cruel verdad de saber que la suerte no existe y por tanto nunca estará de nuestro lado. La contradicción humana representada en el amor y la violencia. La tristeza hecha canción y tatuaje. La amargura de saberse incompleto y aislado. La felicidad hecha un arma recién disparada. La inofensiva palabra espeteda que duele en la memoria. Por siempre. Feliz cumpleaños, querido John Lennon.

 


Imagen tomada de: http://blogs.southflorida.com/citylink_dansweeney/2006/04/

6 de octubre de 2010

Hombre de ninguna parte (2010):
Historia de una canción: La primera vez que escuché la canción “Hombre de ninguna parte” aún no tenía título pero en ella germinaba todo el espíritu que hoy la abriga. Ocurrió en un estrecho bar bogotano el jueves 7 de mayo de 2009, Xoel López estaba recién desembarcado de Nueva York y le hacía frente al frío y a la altura tocando para unas cuántas personas que esperaban por él. Cuando la cantó sentí una familiaridad inmediata con la letra y con la música. ¿Por qué? El ritmo latinoamericano estaba presente como el Atlántico mismo, también la nostalgia que nos habita, la luna, los tambores, el barrio, los Beatles y la luz. Una postal sonora que contenía impreso parte de mi código genético (por no exagerar más). La noche siguiente volvió a cantarla no sin antes intentar explicar su origen: “Ya sé que os da igual, pero para mí es importante deciros que esta canción la hice hace un mes y la pobre no sabe ni de dónde es. Nació en Buenos Aires, se crió en Nueva York y ahora está de vacaciones en Bogotá. Lo que no sabe, igual que yo no sé, es dónde vamos a estar el año que viene”. La repitió una vez más al día siguiente volviendo a introducirle apartados del “Nowhere man” beatlero y trasponiendo la palabra “Colombia” en lugar de “nostalgia”, una paradoja extraña en la que hasta ahora reparo.

La versión grabada del concierto del día 8 en el teatro Astor Plaza me mantuvo cerca de ella, escuchándola y tarareándola cada tanto. Un año después, ya con la idea de La Caravana Americana en desarrollo, Xoel me hizo llegar una versión demo de “Hombre de ninguna parte” para que funcionara como promoción de los conciertos en Bogotá. La canción ya tenía nombre propio y había prescindido del artículo determinante. El ritmo brasileño de la guitarra acústica se acentuaba con un shaker y una exquisita guitarra eléctrica aparecía como una sombra o la nostalgia que hace mención en la canción; las voces la impregnaban de ánimo libertario y hippie a la vez que una percusión minúscula terminaba de darle la redondez perfecta a una pieza -ya clásica- de Xoel López.

Al igual que en el demo, en los dos conciertos de La Caravana Americana en Bogotá la canción contó con los coros de Lola García Garrido dándole un tono más colorido, o soleado, mejor, dotándola de una naturalidad festiva irrefrenable con el apoyo de un público delirante.

Mi última conversación con Xoel giró en torno a la versión definitiva de “Hombre de ninguna parte”. Su preocupación sobre la producción era seria. Temía que rayara en la horterez o que quedara vulgarmente sobreproducida. Quería “engordarla” un poquito pero la línea entre lo que quería y lo que no, era muy delgada. Tenía pistas de cuerdas, vientos, guitarras, percusiones, bajo, coros, voces y guitarras y no tenía muy claro qué dejar y qué quitar y en qué partes de la canción hacerlo. Buscaba el punto medio de algo hasta entonces inconmensurable. La estaba intentando acercar a la versión demo que yo conocía, pero se sentía haciéndolo en un terreno musical casi desconocido.

No se trataba de una canción pop, rock o folk con las que estaba habituado a trabajar. No se trataba tampoco de un género específico. El meollo del asunto era lo “latino”, ¿cómo conseguir que lo “latino” engranara el lado rock o pop con el lado folk? Para mí esa duda estaba resuelta desde que escuche la canción por primera vez, quizás porque yo he vivido siempre en este lado del charco, donde lo latino bulle en la piel de la tierra y por eso lo sentía en la canción. Pero para Xoel no es así, esta vez los referentes estaban alejados. Por otra parte la música debía ir de la mano con la letra y la preciosa postal que pinta.

Casi un mes después de dicha conversación, recibo en mi casilla de correo la versión definitiva y oficial de “Hombre de ninguna parte”. No dejo de impresionarme cada vez que la escucho porque al final Xoel ha conseguido lo que quería. Él lo expresa con precisión en unas declaraciones para la revista Efe Eme: “la canción empieza prácticamente sólo con la guitarra y termina con un montón de instrumentos a la vez. Algo parecido a lo que viví en este lado del charco, cuando llegué y casi no conocía a nadie y cómo acabé rodeado de amigos cantando. Creo que es un buen resumen de mis casi dos años en el extranjero”. A esto debo añadir que es una canción que condensa, ya no sólo un momento por el que Xoel López atraviesa, sino que lo define a como artista y como persona.

Suba el volumen, presione play y contágiese de la felicidad que le extiende “Hombre de ninguna parte”.

 

21 de agosto de 2010

Won't get fooled again (1971): Y así, de repente, la repisa que sostenía mis discos compactos se vino al piso llevándose por delante la puerta que los protegía. En medio de la tragedia fijé mi atención en cómo uno de los discos compactos de la parte alta caía al piso afuera de su caja plástica. Mientras aquel disco se deslizaba de forma peligrosa por el suelo, un recuerdo hecho paradoja me asaltó entonces: Pete Townshend -el autor de todas las canciones del álbum en cuestión- se deslizaba de la misma manera que mi disco compacto lo hacía justo en ese momento. El videoclip de aquel himno lo confirma en un breve lapso de dos segundos (7:51-7:53). Diagnóstico de mi copia del "Who's Next": reservado.

 

12 de agosto de 2010

Over the rainbow (1939-2007): Esta mañana Google me puso en frente una bonita estampilla de "El Mago de Oz" que produjo una sonrisa instantánea en mí. Cliché o no, esa es una de mis películas favoritas. La vi tarde para no dejarla de ver nunca más. Con mi querido Andrés Wolf la disfrutamos cada tonta tarde. Con Santa Luisa la hicimos dos o tres veces que prefiero no recordar como pasaron y sí como creo que pasaron. Creo que la gente detesta mis tenis rojos -que espero tener siempre o reemplazar por unos del mismo color-, lo que no saben es que mientras espero un bus que me lleve a casa chocho mis talones y pienso en cosas bonitas.

Esta canción interpretada inigualablemente ppor Judy Garland será siempre un pequeño himno a mi infancia tardía y a mis amigos. En esta versión Rufus Wainwright se viste orgulloso de la Garland para brillar como ella. Enjoy it!

 

6 de agosto de 2010

Gloria (1966): Hace una semana me sentaba en una banquita de cemento para hablar con Andrés Gualdrón de música y canciones. Entre tema y tema quedó flotando en el ambiente una sensación casi familiar y comunitaria: el mundo de la música está pasando por un momento oscuro. Algunos días previos o posteriores me enteré de una noticia que confirmaba lo espeso y triste del momento al que aludo. En España acababan de cerrar el espacio radial conducido por Diego A. Manrique por más de 18 años.

Rewind... Era 1993. Yo acababa de descrubir la felicidad eterna y me arrojaba a ella en los brazos de los Beatles. Mi papá acababa de comprar un carro de color verde esmeralda, mientras que los periódicos nacionales entraban en la moda rentable de vender coleccionables. Aunque algo borroso, creo recordar que El Tiempo presentó un atlas con mapas políticos y geográficos que incluían a los pequeños países nuevos luego de la caída del Muro de Berlín, mientras que El Espectador ofreció una colección sobre Colombia, sus regiones, tradiciones, festividades, gastronomía y cosas por el estilo. Lo que recuerdo perfectamente es que La Prensa y su sección de música llamada Planeta Elvis, se atrevieron a entregar La Historia del Rock en 42 fascículos. Uno cada viernes.

La Historia del Rock era licenciada por el diario El País de España y estaba dirigida por Diego A. Manrique. Durante 42 viernes me dediqué a aprender de rock de la pluma de Manrique y sus colaboradores. Orígenes, géneros, bandas por montones, movimientos, subculturas, industria, eras, términos, cronología y muchas cosas más. Algo de mi pequeño disco duro fue ocupado por cada uno de los artículos de una colección imprescindible a la hora de tomar la decisión sobre qué carajos quería estudiar. Al final, el primer fascículo de la colección me ayudó a sostener teóricamente mi sonada monografía de grado.

Fastforward... La providencia quiso que una copia de dicha investigación llegara a las manos de Diego. Y quiso más cuando después de leerla tuvo unas palabras públicas sobre y para la misma y por extensión para conmigo. Intentar explicar qué significa para mí que uno de los responsables de que yo haga lo que haga es imposible. Sólo baste decir que es uno de los detalles más bonitos de mi vida.

Play... La burocracia española ha decidido acabar con "El Ambigú", el programa de Manrique. No hay explicaciones serias del porqué. El nuevo director de turno decidió que ya no más. Así, como suelen hacerlo en todas partes del planeta, a las patadas, sin dar explicaciones, abusando del poder. ¿Y los que escuchamos su programa? ¿Y los que queremos seguir aprendiendo o sencillamente disfrutando de su saber? El siguiente por favor.

Esta canción hecha en Bogotá en 1966 por los Young Beats, un grupo de jovencitos complicados amantes del blues y el rocanrol es para Diego A. Manrique. Para que aguante, para que no desanime y siga animando y enseñando que “no existe música buena y música mala" tan sólo "música que emociona y música que no”. Desde donde sea, que siempre tendrá quién lo escuche.

 

(Explicación no pedida, acusación manifiesta) No existe en Colombia un símbolo de la radio ligado al rock nacional que acumule el saber y la afición sencilla por la música como Diego A.Manrique. Durante breves temporadas disfruté de las voces y el conocimiento de Félix Sant-Jordi, Gustavo Gómez Córdoba, Eduardo Arias, Sandro Romero Rey y Álvaro González. Este último defendió como un titán a la radio pública cuando el tirano de turno quiso acabarla. La salvó y existe y la disfrutamos gracias a él.

20 de julio de 2010

Colombita (2006): Es claro que uno no elige el país en que nace. Yo soy colombiano desde que nací. Alguna vez Borges dijo que ser colombiano es un acto de fe. Fe es creer sin tener pruebas o evidencias de lo que se cree. Quizás por eso, sabiamente o no, Borges dijo lo que dijo. Hoy hace 200 años Colombia dejó de ser una colonia española. Hoy el pueblo colombiano celebra dicho acontecimiento sin mirar atrás. Los medios ayudan a que la fiesta sea grande y que el corazoncito palpite tricolor. Todos arman el mismo collage con imágenes de la gran memoria colectiva empapada y limitada de unosunos, cincoceros, campeonesdelmundo, premiosdemontañas, vacunascontralamalaria, premiosnobel, premiosgrammy, premiosemmy, elmejorcafédelmundo, operacionesjaque, colombiaespaciónytodolodemás. Yo soy colombiano porque sí. Yo también canto el gol y como guayaba. Yo no olvido la barbarie. Pero ni me enorgullezco, ni me avergüenzo. Muchos colombianos sí. Así somos.

Mi patria, mi nación, o mi país no se llama Colombia, ni tiene límites mentales, ni fronteras morales absurdas. Cursi o no esta es mi verdá. Mi patria reside en las palabras, los besos, los abrazos y el corazón de Hernán Humberto, Sara María, Andrés Wolf y Diana Consuelo; en el corazón y el hogar de cada uno de mis amigos, en la alegría y el dolor de cada uno de ellos; en tantas cosas bellas como bien lo dijo Blades; en cada paso que doy y que va marcando mi camino sin rumbo fijo. Y eso lo celebro todos los días de la mano del sol y el arrullo del frío.

No veo porqué tanto alboroto. En todo, caso hace 200 años existe Colombia, la jovencita que mi amigo Pala dibuja tan bien en esta canción.

 

10 de julio de 2010

Oh my love (1971): Al final de mis días cuando el corazón y la mente ya no puedan más, esta canción de John Lennon me susurrará el nombre Diana Consuelo como la verdad absoluta, como la felicidad definitiva. Para ella en su cumpleaños.

Oh my love for the first time in my life,
My eyes are wide open,
Oh my lover for the first time in my life,
My eyes can see,

I see the wind,
Oh I see the trees,
Everything is clear in my heart,
I see the clouds,
Oh I see the sky,
Everything is clear in our world,

Oh my love for the first time in my life,
My mind is wide open,
oh my lover for the first time in my life,
My mind can feel,

I feel the sorrow,
Oh I feel dreams,
Everything is clear in my heart,
Everything is clear in our world,
I feel the life,
Oh I feel love.

 

8 de julio de 2010

It don't come easy (1971): A Ringo (el baterista más grande de todos los tiempo), con amor: Cuando los demás se fijaron en ti ya eras famoso en la ciudad. Sabían que tenías el don y la magia en cada una de tus extremidades, que eras la pieza que le faltaba al rompecabezas. Sin ti no habrían sido nadie. Le diste sentido a las películas que Richard Lester hizo con ustedes: la escena en la que vas caminando solo y taciturno junto al río, el anillo del sacrificio, tu tía y todo lo demás también. Renunciaste sin quererlo, apabullado por tres egos que se disputaban tu amistad y humildad. Pero volviste para hundirte con el barco en un final casi feliz. Después vendiste muchos más discos que los genios que te acompañaron en cada grabación. Y Keith Moon y Marc Bolan y Stephen Stills y Frank Zappa y Dr. John, y Peter Frampton y Elton John y Robbie Robertson y Harry Nilson y Ron Wood y Jerry Lee Lewis y Carl Perkins y tu infinita banda de estrellas -incluyendo a John, Paul y George- hicieron del rocanrol amistad a tu lado. Las canciones y los discos que más felicidad me han otorgado tienen tu ritmo y tu tempo. Y eso es suficiente. Felices 70, Richie!

 

24 de junio de 2010

El día que me quieras (1935): Hace 75 años Carlos Gardel se convirtió en una estrella de eterno titilar. Hace un poco más de tres años, el mismo Gardel conspiró con la providencia para sellar con fuego hecha canción, y esta hecha beso, el momento definitivo de mi vida. "Luciérnaga curiosa que verás, que eres mi consuelo!".

Acaricia mi ensueño
el suave murmullo
de tu suspirar.
Cómo ríe la vida
si tus ojos negros
me quieren mirar.
Y si es mío el amparo
de tu risa leve
que es como un cantar,
ella aquieta mi herida,
todo todo se olvida.

El día que me quieras
la rosa que engalana
se vestirá de fiesta
con su mejor color.
Y al viento las campanas
dirán que ya eres mía,
y locas las fontanas
se contarán su amor.

La noche que me quieras
desde el azul del cielo,
las estrellas celosas
nos mirarán pasar.
Y un rayo misterioso
hará nido en tu pelo,
luciérnaga curiosa que verás
que eres mi consuelo.

El día que me quieras
no habrá más que armonía.
Será clara la aurora
y alegre el manantial.
Traerá quieta la brisa
rumor de melodía.
Y nos darán las fuentes
su canto de cristal.

El día que me quieras
endulzarán sus cuerdas
el pájaro cantor.
Florecerá la vida,
no existirá el dolor.

La noche que me quieras
desde el azul del cielo,
las estrellas celosas
nos mirarán pasar.
Y un rayo misterioso
hará nido en tu pelo.
Luciérnaga curiosa que verás
que eres mi consuelo.



 

18 de junio de 2010

Aguacero (1999): Mi abuelita, la señora Gilma Gallegos, madre de mi madre ha cumplido 85 años. Ella es la valentía encarnada y revelada ante mis ojos. Ella y el señor Florentino Vargas -santandereanos los dos, de Jesús María- tuvieron cinco hijas: Josefina, Sara, Susana, Didia y Nelly. Cuando Sara -mi mamá, la segunda de las cinco- tenía 10 años de edad, el señor Florentino fue asesinado por un par de ladrones de poca monta que intentaban robar el almacen que mi abuelo cuidaba. Le tocó entonces a la señora Gilma hacer de papá y mamá por fuerza de la providencia. En lugar de guardar su pulsión de amante en un baúl eterno y polvoriento, la trasnformó con ternura en amor puro y trabajo para las cinco chicas que dependían de ella. En eso se le fue la vida. De a pocos dejó de fumar Pielroja sin filrto, de a pocos fijó su mirada en esa ventana en la que observa a la gente pasar, mientras se obstina en no querer recordarle a las cinco lo que recuerda en silencio.

Escena impúdica: Sara camina por la calle llevando en cada mano a sus hijos, los niños Umberto y Wolf. Caminan rumbo a la casa de la abuelita Gilma. Al voltear una esquina, Sara, Umberto y Wolf ven a lo lejos a la abuelita que también camina rumbo a su casa que se encuentra a una cuadra. Los niños sueltan las manos de la mamá y salen corriendo, gritando como locos el nombre de su abuela "¡Abuelita Gilmaaaaaaa, abuelita Gilmaaaaaaaa!" dirigiéndose con los brazos abiertos a la señora que les da la espalda. Cuando están a punto de alcanzar a la señora, esta voltea a mirar qué ocurre sorprendiendo a los niños con un rostro extraño. La señora que de espaldas parecía ser la abuelita Gilma no lo era. Los niños rápida y telepáticamente continúan su carrera planeando con los brazos mientras su gritos "¡Abuelita Gilmaaaaaaa, abuelita Gilmaaaaaaaa!" retumban en toda la calle hasta llegar a una puerta que dejan de golpear sólo cuando la querida abuela la abre y los recibe con una sonrisa enorme y unos brazos más grandes y abrazadores que dios.

Querida Gilma: lo poco valiente y generoso que soy es un pálido asomo de tu inmensidad. Te amo.

30 de mayo de 2010

In dreams (1963): Dennis Hopper escribió, dirigió y protagonizó "Easy Rider" (1969) y definió el significado de la contracultura, llena de matices y contradicciones: la feliz contemplación y la movilización amarga. Dennis Hopper pudo no haber hecho nada más y habría bastado para grabar su nombre en el corazón del siglo XX y el rocanrol. Pero hizo más, incrustó en mi memoria su papel del horrendo Frank Booth en "Blue Velvet" (1986) torturándose al escuchar y balbuceando la voz del bendito Roy Orbison en una preciosa canción hecha para hacer quebrar, incluso, hasta al más fuerte. Larga vida a Dennis Hopper.

 

18 de mayo de 2010

Zona de promesas (1993): Acudo a tu canción-oración, Gustavo querido, para pedirle a lo que creo por tu salud, por tu fuerza y por tu felicidad, que bien has derrochado con genialidad entre miles de corazones que hoy te impulsan amor y vida. Sabes que no miento. Tampoco cuando afirmo que de esta sales vivo.

Mamá sabe bien,
perdí una batalla,
quiero regresar,
solo a besarla.

No está mal
ser mi dueño otra vez.
ni temer que el río sangre y calme,
al contarle mis plegarias.

Tarda en llegar
y al final, al final,
hay recompensa.

Mamá sabe bien,
pequeña princesa,
cuando regresé,
todo quemaba.

No está mal
sumergirme otra vez,
ni temer que el río sangre y calme,
sé bucear en silencio.

Tarda en llegar
y al final, al final,
hay recompensa,
en la zona de promesas.

 

23 de abril de 2010

Tan joven y tan viejo (1996): En el día de Cervantes dejo una canción de un tipo al que considero el mejor escritor de canciones en lengua castellana.

(En seguida la transcripción íntegra de la letra):

Lo primero que quise fue marcharme bien lejos;
en el álbum de cromos de la resignación
pegábamos los niños que odiaban los espejos
guantes de Rita Hayworth, calles de Nueva York.

Apenas vi que un ojo me guiñaba la vida
le pedí que a su antojo dispusiera de mí,
ella me dió las llaves de la ciudad prohibida
yo, todo lo que tengo, que es nada, se lo dí.

Así crecí volando y volé tan deprisa
que hasta mi propia sombra de vista me perdió,
para borrar mis huellas destrocé mi camisa,
confundí con estrellas las luces de neón.

Hice trampas al póker, defraudé a mis amigos,
sobre el banco de un parque dormí como un lirón;
por decir lo que pienso sin pensar lo que digo
más de un beso me dieron (y más de un bofetón).

Lo que sé del olvido lo aprendí de la luna,
lo que sé del pecado lo tuve que buscar
como un ladrón debajo de la falda de alguna
de cuyo nombre ahora no me quiero acordar.

Así que, de momento, nada de adiós muchachos,
me duermo en los entierros de mi generación;
cada noche me invento, todavía me emborracho;
tan joven y tan viejo, like a rolling stone.

 

21 de abril de 2010

Visions of Johanna (1966): Fue el mes de Abril más gris y húmedo que recuerde. Bogotá estaba oscura, llena de paraguas y de pañuelos de papel en los bolsillos de las personas, llena de charcos transparentes que devolvían reflejos a la gente que los miraban con sus rostros amortajados. Un Abril roto y corto de dos semanas apenas, o tres.

Los días largos eran vecinos de las noches cortas y los pensamientos inevitables. El trayecto en colectivo hasta el Hospital San José lo pasaba mirando cómo las gotas de lluvia se rompían contra el cristal de las ventanas o abriendo sobres de monitas del álbum Panini del mundial de Alemania 2006. Desde la calle 13 hasta el hospital todo apestaba: los vendedores ambulantes, los mendigos, los rateros, las monjas, los pobres, los ricos, mis manos yertas, el cigarro en mi boca, todo.

En el hospital la situación era insoportable. El corazón inquebrantable de mi abuelo Humberto, arrodillado frente al padre carpintero del Cristo, contrastaba con su mirada vencida que intentaba disimular para no contaminar de derrota a sus cuatro hijos. Recuerdo en sus manos los panes y las veladoras que ofrendó esa Semana Santa.

Ya de noche, en la casa, guardábamos el pan en una canasta y prendíamos la veladora junto a la Virgen María que aún permanece en el antejardín. Sentados en la sala le enseñaba las monitas del álbum deteniéndome en los cracks, al tiempo que sus pies descansaban en un cojín viejo que ponían en el piso todas las noches mientras miraban televisión.

La noticia llegó con una mañana de viernes en la que el frío espantaba el aliento. Yo escribía las primeras líneas de mi tesis cuando escuché el teléfono y luego a mi papá subír las escaleras y balbucear fuertemente lo que nos temíamos. Llamé a Wolf y le conté también. La tarde anterior a la salida del Hospital San Ignacio -después de un traslado inútil- rompí en llanto lejos de todos, negando lo evitable y lo inevitable.

Una semana después, de regreso casa, el disco de Dylan sonó una y otra vez; y todo el camino aquella extrañana canción. Las cenizas de María Ana, mi abuela, se las había llevado el río dejando intacto a ese dolor insaciable que me controlaba. En mi habitación volví al único refugio tibio en medio de esa sensación fría de abandono irreparable: esa canción de Dylan que contiene aquel verso que reza "la radio de música country suena bajito pero no hay porqué apagarla".

Las visones de Johanna me traen consigo a María Ana Vega Montero. Siempre.

 

5 de abril de 2010

Jesus, etc. (2002) Séptima de 7 canciones dedicadas al tipo que murió en la cruz, alguno de sus discípulos o algún episodio de su corta vida. 7 canciones sobre Jesús en plena Semana Santa.

Domingo de resurrección para decir que Jesús seguirá siendo superestrella. Vendrán más canciones sobre el hombre que permanece en la cruz mientras lo miro, le pregunto, le respondo, le cuestiono, etc. Y la contradicción sigue ahí, y seguirá ahí, por siempre.

Supongo que a Jeff Tweddy le pasa lo mismo y decidió hacer la canción más hermosa sobre Jesús. Una joyita preciosa que decidió refundir en el tesoro llamado "Yankee Hotel Foxtrot".

Me preguntaré siempre de dónde sacó Tweedy esta oración al revés, que me genera una inmensa felicidad cada vez que la escucho.

 

3 de abril de 2010

Libros Sapienciales (1971): Sexta de 7 canciones dedicadas al tipo que murió en la cruz, alguno de sus discípulos o algún episodio de su corta vida. 7 canciones sobre Jesús en plena Semana Santa.

Jesús de Nazareth fue judío. Su presencia no habría tenido el más mínimo sentido sin la existencia del pueblo judío y el pacto que hiciera con Dios, concentrado en la promesa de que su hijo vendría a redimir a su propio pueblo. A partir de entonces, profetas y sabios pepararon el camino para la venida de Cristo. Todo -o casi todo- quedaría consignado en el Antiguo Testamento en el que las historias de un Dios furioso y resentido dan paso a unos bellísimos textos conocidos como Libros Sapienciales.

Casi dos mil años después, un grupo de melenudos argentinos del barrio de Quilmes, formaron Vox Dei y al poco tiempo gestaron la magistral obra conceptual "La Biblia". En apenas un disco de ocho canciones llevaban al formato canción la épica historia del pueblo judío y la llegada del Mesías redentor.

Cuenta la historia del Rock Argentino que la Iglesia aprobó gustosamente dicho álbum, que contenía veladamente un mensaje liberador. Jamás Vox Dei volvió a hacer una obra de semejante tenor pero "La Biblia" reapareció en diferentes formatos y reediciones, convirtiéndose sin duda en uno de los discos más importantes del rock cantado en castellano.

Esta versión de "Libros sapienciales" 1997 cuenta con la impagable colaboración de Andrés Calamaro, que embellece y enaltece la mejor canción del disco.

 

2 de abril de 2010

30 denarios (1991): Quinta de 7 canciones dedicadas al tipo que murió en la cruz, alguno de sus discípulos o algún episodio de su corta vida. 7 canciones sobre Jesús en plena Semana Santa.

Otra canción que explora la misteriosa relación entre Jesús de Nazareth y Judas Iscariote. Se trata de la gloriosa y metafísica "30 denarios" compuesta a cuatro manos y dos cabezas por los geniales Charly García y Pedro Aznar -en pleno periodo de rehabilitación del primero- que revela entre líneas una verdad que debería mandar al olvido todo lo demás: "Nadie sabe que la historia fue mal contada y que el beso de la muerte fue por amor".

El resto no lo sabemos...

 

1 de abril de 2010

La cena (2007): Cuarta de 7 canciones dedicadas al tipo que murió en la cruz, alguno de sus discípulos o algún episodio de su corta vida. 7 canciones sobre Jesús en plena Semana Santa.

La historia y la Iglesia se han encargado de que los años y los libros no cesen de condenar a Judas Iscariote. El antagonista en la vida de los últimos días de Cristo. Dicen que 30 monedas de plata fueron suficientes para que entregara a su amigo. Nikos Kazantzakis en su libro "La última tentación de Cristo" revela una hermosa relación entre Judas y el Nazareno. Luego la ciencia se ha encargado de sugerir que en efecto Judas no traicionó a Jesús, o que simplemente, no sucedió como lo cuentan los evangelistas en el Nuevo Testamento.

Más allá de lo cierto y lo incierto, Judas Iscariote también vivió profundos momentos de dolor que lo llevaron a la muerte antes que el mismo Cristo. El asturiano Xabel Vegas lo narra magistralmente en la siguiente canción, que hace parte de su primer EP titulado "Canciones sobre traiciones y mentiras" de 2007 en el que no por casualidad también hay una canción llamada "Simpatía por el débil" como Judas Iscariote.

 

31 de marzo de 2010

Jesús en el jardín (1974): Tercera de 7 canciones dedicadas al tipo que murió en la cruz, alguno de sus discípulos o algún episodio de su corta vida. 7 canciones sobre Jesús en plena Semana Santa.

Sin duda el episodio de la vida de Jesucristo que más me pica es el que se conoce como "la oración en el huerto de Getsemaní". Haya ocurrido o no, el acontecimiento es bellísimo y poético. Basta imaginarse al hombre, al hijo de Dios, cargado de miedo al dolor y a la muerte misma, suplicándole a su padre que le eche una mano, que lo aleje del sufrimiento, que lo proteja, que no lo deje solo. En apenas una plegaria tan poderosa y desesperada la humanidad vence a la divinidad; como prueba de esta batalla -en la que reinó la duda- quedan las gotas de sangre y horror de un hombre abandonado a una suerte que el destino le ha trazado.

En 1970 Tim Rice y Andrew Lloyd Webber dieron vida a la opera rock que narra la vida de la superestrella Jesucristo. Montada, grabada e interpretada centenares de veces, siempre la segunda parte del segundo acto se convierte en el momento cumbre de la obra; "Getsemaní", resulta escalofriante y lapidaria, y quizás se acerca mucho a lo que pudo ocurrir en aquel desgarrador monólogo hace dos mil años.

En 1974 Richie Ray y Bobby Cruz al borde de la conversión y arrepentimiento grabaron su propia versión de "Getsemaní"; aun así, la canción produce los mismos efectos que en otras versiones. Ya lo dijo alguien antes: la canción siempre es la misma.

 

30 de marzo de 2010

Canción III (1972): Segunda de 7 canciones dedicadas al tipo que murió en la cruz, alguno de sus discípulos o algún episodio de su corta vida. 7 canciones sobre Jesús en plena Semana Santa.

La figura del Cristo pescador y carpintero y sus enseñanzas contenidas en los evangelios calaron profundamente en la generación contracultural de finales de los años sesenta en el centro y comienzos de los setenta en la periferia. La juventud miltante asumió el mensaje del Nazareno como consignas propias, por lo que amar al prójimo y poner la otra mejilla pasó a ser parte de su forma de vida y pensamiento. El jipismo asumió el ropaje del cristianismo primitivo pero sin una carga martirizante que los convirtiera en santos.

Cristo fue aclamado entonces como el primer jipi, el primer revolucionario y el primer tantas otras cosas; y llegaron las canciones, las leyendas, la mitología y la mitomanía recargadas. Operas rock, discos conceptuales y canciones, traían de vuelta al héroe de viejos tiempos, los de antes que la Iglesia fuera Iglesia y acribillara hombres en nombre de "el Hijo del Hombre".

En 1972 al sur de la periferia suramericana, un jovencísimo Raúl Porchetto encarnaba a nuestro invitado en su primer álbum: un arriesgado disco conceptual llamado Cristo Rock. En esta cancion titulada escuetamente Canción III -quizás para burlar a la censura- Cristo baja de las nubes para pedirle cuentas al Papa por el sinfín de atrocidades cometidas en su nombre.

 

Dato curioso, el cristo del rock argentino se estrenó en este disco como tecladista y corista, mientras fraguaba su debú en el que cantaría los siguientes versos: "Y vuelvo a caminar y empiezo a recordar: mi casa, mi padre y Jesús".
Jesus is just alright (1969): Primera de 7 canciones dedicadas al tipo que murió en la cruz, alguno de sus discípulos o algún episodio de su corta vida. 7 canciones sobre Jesús.

Los artesanos de la canción y la música popular -tan popular como él- recurren a su figura, a su vida y obra -la que se narra en el Nuevo Testamento y en los apócrifos- para cantar sobre un hombre sencillo convertido en oustsider por obra y gracia de acontecimientos que desconocemos. Jesús, hijo de su padre y de su madre y amigo de sus amigos, se inventó quizá esa forma de vida o la hizo absolutamente atractiva: la del perseguido bienhechor que una vez cazado se convierte en ídolo máximo.

Dos mil años después dicho oficio mantiene su espíritu romántico sólo en las historias de antes y en los cantares épicos que alcanzan el siglo XXI en vinilos polvorientos cuyos surcos revelan la historia de algún hombre, su sacrificio y la gloria eterna en tres minutos.

En 1969 los Byrds moldearon este himno religioso norteamericano hasta convertirlo en un loop-mantra hipnótico.

 

25 de marzo de 2010

Cuando me muera (1975): Independencia grita el pueblo americano. ¿O no? 200 años después casi todo sigue igual. Héroes sí, pero no son los de los billetes. Los proscritos nunca estarán en los billetes, ni en los sellos postales aparecerá su nombre. Al menos no en Colombia. La historia olvida lo que la memoria preserva.

Humberto Monroy, héroe entre héroes del rock colombiano y la palabra hecha canción, nunca aparecerá en las estampillas. Murió hace 18 años, proscrito por la historia y por la ley; héroe en la memoria y el corazón. La independencia tomó cuerpo en su voz y en sus canciones.

Canta el cantor de la Provincia de Santa Fe -al sur del continente del sur-: "Todo está clavado en la memoria, espina de la vida y de la historia". Mientras suene una canción de Humberto Monroy en algún rincón de la Tierra, la memoria latirá celebrando la vida, celebrando la independencia.

 

Andrés Ospina escribió hace tres años una sentida y estupenda semblanza sobre Humberto Monroy titulada "15 años sin el precursor" que hoy y siempre valdrá la pena revisitar.

18 de marzo de 2010

Clocks (2002): ¡Joder! Han pasado dos semanas y la sensación sigue siendo la misma. ¡Joder! No iba por nada y volví cargado de emoción y con la impresión de haber vivido uno de los momentos más bonitos de mi vida.
El primer vals llamó a la alegría irresistible y esta bajó incontenible. Huraños afuera. Luego todo lo demás: ejecuciones perfectas de piezas pop magistrales -como los Beatles, sólo hasta ahora pienso en que ellos lo hacen como los Beatles-; luces de fuego multicolor iluminando el cielo azul de Bogotá; luces de todos los colores que emanaban del techo, del piso y de la pantalla; piezas de pop magistrales que ya hacen parte del inconsciente colectivo del planeta Tierra; una banda de estadio en su mejor momento liderada por un cantante más carismático que Cristo y que parece un saltimbanqui conquistando y rompiendo corazones solitarios; y piezas de pop magistrales que me han hecho sonreír y sentir latir mi corazón no pocas veces. En medio de todo eso Wolf y yo, grandiosos y felices desbordando endorfinas en todas las direcciones como rayos poderosos, Wolf y yo como locos, grandiosos como niños chiquitos en el medio de un concierto de... digamos Coldplay.
¡Joder! Y yo que me creía Steve McQueen.

La tercera canción fue un disparo al corazón. Directo y con una sentencia socarrona y casi genial... (se viene la frase obvia, obvio)... ¡Viva la vida!

 

4 de marzo de 2010

Tears of rage (1968): Mi amor con The Band fue a primera vista y se llamó The Last Waltz. En la enorme película del grandioso Scorsese me encontré con cinco tipos añejos y cargados de una historia que podría resumir el rocanrol y sus raíces. Su sonido abarca todo lo supremo y divino que ha dado la tierra fértil del sur de los Estados Unidos. Suficiente con mirar la lista de amigos que participaron aquella noche a afinales de 1976 en el Winterland Ballroom en San Francisco para comprobar de qué iban estos tipos.

Entre ellos uno se destacaba ante mis ojos y mis oídos, el "cantante solista" de la banda, como lo llamaban los demás -en The Band tres de los cinco multiinstrumentistas cantaban-. Recuerdo la escena en la que aparece echado en un sofá contándole a Scorsese cómo sobrevivían en los días duros, antes de Dylan y la gloria eterna, robando pan y salchichas en algún supermercado; allí vi a un ser desvencijado del mundo y solitario, que sabía que algo le faltaba para estar completo, pero que sabía también que nunca encontraría la rueda que desde antes del principio se le había escapado y lo había condenado a un sino trágico.

Pero frente al piano y al micrófono las cosas cambiaban mucho. La maestría afloraba de sus dedos y su frágil voz -que lo conectaba con su mundo personal-, para sentar cátedra de soul, blues, gospel, country y rocanrol; para insuflar vida -de su poca vida- en las almas que también han buscado su propia rueda suelta. Al escucharlo, su voz cascada y ese falsete escalofriantemente hermoso se convierten en la luz que todo lo-cura.

Una noche después de un concierto, el ángel caído decidió no buscar más y colgarse de una soga eel baño de un hotel. Luego brilló para siempre.

La sensibilidad devastadora de Richard Manuel selló la carrera de The Band con esta canción que abre la discográfia del mejor grupo norteamericano de todos los tiempos.

 

1 de marzo de 2010

Learning to fly (1991): Pasan los años y el rubio sigue ahí, en la cima de la montaña, irrandiando honestidad, resistencia y sabiduría; se mantiene impasible con una sonrisa inconfundible y rebosante de alegría pura que contagia.

Quisiera recordar con precisión cuándo fue la primera vez, pero no lo consigo; porque aunque lo intente mil veces sin una respuesta concreta, siento que sus canciones, su sonido y sobre todo su voz me han acompañado siempre -y no me refiero a desde chiquito, sino a otros tiempos, otras esferas-. Esa sensación inefable.

El rubio acaba de anunciar que él y su banda gloriosa, poderosa y sabia también, han grabado un nuevo disco. Seguramente un registro magistral que le enseñará -quiéranlo o no- a las nuevas generaciones que la música grandiosa se hace con humildad; libre de cualquier pretención más que la de pasar un buen rato junto a los amigos en el garaje de una casa cualquiera.

Vio dios que el rocanrol era bueno y decidió llamarlo Tom Petty. Larga vida.



¿Se detuvo tu tiempo? ¿Aprendiste a volar?

26 de febrero de 2010

The long black veil (1965): Johnny querido, el planeta Tierra hoy festeja tu nombre, tus 78 años que parecen 300, y 10 canciones que acojonan el alma.

Una noche oscura escribí este soneto para ti, por trazar y mostrarme el camino, por enseñarme la luz al final del túnel. Quisiera que te gustara.


LA GLORIA TRAS EL DUELO

Siempre vistió de negro aunque tenía
el alma clara, algodonada y fuerte,
como su voz profética y clemente
en medio de desiertos de apatía.

Entrañable, nostálgico y furioso,
encontró en la canción la cura para
la fiebre del recuerdo doloroso
y el mandato fatal que nos separa.

Cuando me canta un country o algún blues,
me sumerjo en tristeza y regocijo
y mi espíritu toca el mismo cielo,

siento como los años son la luz;
los errores mi propio crucifijo;
y las marcas la gloria tras el duelo.




25 de febrero de 2010

Handle with care (1988): Huérfanos de padre y madre, y sin dios al qué pedirle algo porque ya tenían todo; los cinco hermanos Wilbury se encontraron por casualidad una tarde de Abril de 1988. Fue en la granja del segundo más viejo, Lucky Wilbury. El hermano medio, Nelson Wilbury, tenía una canción en la cabeza pero no tenía un nombre para ella; de pronto reparó en una frase que se encontraba impresa en una caja de madera en la que su cuarto hermano, Otis, se hallaba sentado.

Otis, al igual que sus cuatro hermanos, era un genio musical y un productor como ninguno. De hecho, era tan bueno que un año atrás había producido el último disco de Nelson y al año siguiente produciría los discos de Lefty y Charly, los otros dos hermanos; el más viejo y el menos viejo, respectivamente.

Volviendo a la frase en la caja, mientras sus hermanos conversaban sobre su horfandad de padre, madre y dios; Nelson supo que dicha expresión era el nombre para la canción que le estaba taladrando la cabeza. Tomó la guitarra y cantó para sus hermanos "Trátalo con cuidado". De la caja a la canción.

Lucky no perdió tiempo, salió de la granja derecho a quitar los trapos que protejían los equipos de su estudio de grabación. Enchufó todo, llamó a sus hermanos y se encerró con ellos a grabar "Trátalo con cuidado". Otis y Nelson se encargaron de la producción. Los cinco tocaron guitarra y cantaron. El más viejo, Lefty, que además se había inventado el rocanrol, decoró la canción con su voz maravillosa para convertirla en una obra maestra. Luego murió.

Los hermanos Wilbury, que ahora eran huérfanos de su hermano mayor, nunca más fueron los mismos a pesar haberlo intentado una vez más. Otis volvió a dirigir una orquesta de luz eléctrica; Charly, el menos viejo de todos, continuó liderando su pandilla de rompecorazones; Lucky se perdió de nuevo entre las cajas de su granja porque no quería ser dios, aunque sabía que lo era; y Nelson, el dulce Nelson, se fue a Japón en compañía de su amigo Eric a tocar la viejas canciones de un grupo que tuvo en Liverpool.

Once años después, Nelson siguió los pasos de Lefty hasta encontrar el cielo de los mejores cantantes y guitarristas de rocanrol.

Hoy Otis, Lucky y Charly han soplado 67 velitas en nombre de Nelson y han cantado "Trátalo con cuidado" en su nombre.



20 de febrero de 2010

Rape me (1993): Mi Nirvana ocurrió así: Una tarde hace ocho años abrí el cajón de Pandora. Rápidamente pasé mis dedos sobre cada casete a la vez que pensaba si quería escuchar lo que iba señalando. Mientras el polvo se quedaba pegado a mis dedos, dejaba atrás cada álbum y selección -mixtape, la llaman ahora- que seguía en el orden de la columna. Recorrí todas las columnas de casetes sin que ninguno me hiciera señal alguna para elegirlo. Nada de lo que había en el dichoso cajón me apetecía esa tarde. O bueno, casi nada. En el fondo encontré una cajita rota y sucia, con su respectiva cinta sin marcar y en estado lamentable. Parecía que había sido usado varias veces para grabar alguna cosa, una encima de otra, una y otra vez. No era mía. Seguro pertenecía a la novia de entonces de mi querido Wolf. La cinta estaba corrida hacia la mitad. Decidí ponerla. Primero llegó el silencio y luego la revelación. Sin esperar absolutamente nada me di de bruces contra la totalidad hecha canción.

Esa tarde hice las paces con Kurt Cobain para siempre. Hoy celebro su cumpleaños.



19 de febrero de 2010

Usted (2009): La luna adorable brilla en el firmamento, únicamente cuando Xoel López y Félix Arias se juntan para crear canciones y las más bonitas armonías vocales en español. Lovely Luna hereda y proyecta la tradición mística de Simon & Garfunkel y Sui Generis, rozada con un estupendo sentido del humor. Dicho de otra forma, de sus canciones emana belleza pura, construída a punta de madera folkie y nervio pop.

Cuando terminaba de escuchar Chang y Eng -su último disco- Félix Arias me sorprendió con algunos de los versos más sencillos y radiantes que haya escuchado en meses. La reaccción fue una sonrisa instantánea, de esas que me salen cuando algo celeste me acuerda de Diana Consuelo.

Usted que hiela mi sangre
cuando olvida tocarme,
de agua salada mi cara
se inunda cuando no me mira.

Usted con pocas palabras
me reveló sabiamente
que el amor tiene ojos grandes
y la amistad grandes pruebas.

Era bastante difícil
darle sentido a mis pasos,
hacer camino del aire
soplar las velas del tiempo.

El afilador con su flauta
nos despertó muy temprano,
haré café mientras tanto
usted encienda el plateta
con sólo abrir los ojos
iluminándolo todo,
desde la estepa hasta el polo,
iluminando el planeta.

Era bastante difícil
darle sentido a mis pasos,
hacer camino del aire
soplar las velas del tiempo



17 de febrero de 2010

Don't look back in anger (1995): Una mañana de 1995 me sorprendió desarmado y decidió alojar la felicidad en mis oídos y mi alma. Sucedía que después de bañarme para ir al colegio encendía la radio, ponía alguna emisora -casi siempre la Superestación 88.9- y continuaba preparando el día. Esa mañana, desarmado y concentrado, encontré amor en una banda de rocanrol. Otra. Más allá de lo que dijeran, incendiaran, amaran u odiaran; sin importarme lo que sobre ellos se decía o cuánto los odiaba la gente -por populares, lenguaraces, clichés o dulzones- sus canciones habían dado en el centro de mi diana. Sobre todo una, con John Lennon volando sobre el ébano y el marfil. El título del disco que guarda tal canción, me revelaba que no mentían. Aquella mañana hizo gloriosas las venideras, y las tardes, y las noches. Desde entonces fui incondicional disco tras disco hasta el final. También lo seré mientras deciden volver a juntarse, y seguiré siéndolo después. La explicación tiene nombre propio: Noel Gallagher.

A veces, cuando echo pajas mentales sobre mi top 10 definitivo de canciones inmortales, esta canción aparece siempre. Es perfecta. Los estadios toman vida cuando es tocada en ellos. Esta versión de 2008, es una pequeña muestra de cuán feliz -de verdá- puede hacer una canción a miles de personas; los coros del coro, de la gente y Oasis, no dan lugar a la duda. Dan en el centro de la diana, al tiempo que cada persona que la canta comulga rocanrol.



11 de febrero de 2010

Your song (1969): Sí, es para Diana Consuelo. Lo demás lo dice Elton...

It's a little bit funny this feeling inside,
I'm not one of those who can easily hide,
I don't have much money but boy if I did,
I'd buy a big house where we both could live.

If I was a sculptor, but then again, no,
Or a man who makes potions in a travelling show,
I know it's not much but it's the best I can do,
My gift is my song and this one's for you.

And you can tell everybody this is your song,
It may be quite simple but now that it's done.
I hope you don't mind,
I hope you don't mind that I put down in words,
How wonderful life is while you're in the world.

I sat on the roof and kicked off the moss,
Well a few of the verses well they've got me quite cross,
But the sun's been quite kind while I wrote this song,
It's for people like you that keep it turned on.

So excuse me forgetting but these things I do,
You see I've forgotten if they're green or they're blue,
Anyway the thing is what I really mean,
Yours are the sweetest eyes I've ever seen.



5 de febrero de 2010

La del pirata cojo (2000): Aunque le avinagren las rosas, él seguirá escupiendo verdades como puños. La última es absolutamente deliciosa:

"Nunca consiguió nadie en España que yo firmara una carta contra la piratería y yo tengo una canción que se llama "La del pirata cojo". Si tuviera 20 años y no tuviera plata robaría todo lo que pudiera en Internet. Nunca me verás como abanderado en una manifestación antipirata"

Una vez más soy yo el que se quita el sombrero.



4 de febrero de 2010

Klara (2009): No siempre se puede ser testigo excepcional de algo excepcional, pero a veces sucede. Y no siempre de dicha experiencia se puede salir bien librado, o al menos, comprendiendo de qué se trata la misma. La noche que vi a Chinoy tocar sus canciones en Bogotá, supe que estaba siendo testigo excepcional de un acontecimiento excepcional, de algo muy poderoso. Supe también que estaba frente a un ser por el que confluyen todas las fuerzas de la naturaleza, que lo construyen y lo despojan de una forma única que se refleja en una bondad que se materializa en algo puro, sus canciones. Poner en palabras dicha experiencia me resulta difícil o casi imposible. Lo acabo de intentar sin fortuna.

Me preguntaba, mientras veía a Chinoy cantar, ¿qué habrán sentido las pocas personas que fueron testigos del poder abrumador y hermoso que emanaba de Nick Drake cuando cantaba? No lo sabré nunca, pero quiero creer que algo así sentí con mi experiencia Chinoy.



2 de febrero de 2010

You and I (2009): Milciendías y una serenata-canción de Wilco. Para Diana Consuelo, por hacerme la felicidad, por hacer hermosa la vida entera, por su pecas y los besos que me da.

You and I, we might be strangers
However close we get sometimes
It's like we never met

But you and I, I think we can take it
All the good with the bad
Make something that no one else has but

You and I, you and I

Me and you, what can we do
When the words we use sometimes
Are misconstrued

Well, I won't guess what's coming next
I can't ever tell you
The deepest well I've ever fallen into

Oh, I don't wanna know
Oh, I don't wanna know
Oh, I don't need to know
Everything about you

Oh, I don't wanna know
And you don't need to know
That much about me

You and I, we might be strangers
However close we get sometimes
It's like we never met

But you and I, I think we can take it
All the good with the bad
Make something that no one else has but

You and I, you and I
You and I, you and I
You and I, you and I
You and I, you and I



1 de febrero de 2010

La nada y tu (2009): Tiene una servilleta "hecha en Colombia" guardada en su mesa de noche. En la servilleta, una canción. En la mesa de noche, muchas servilletas. En la repisa tiene tres discos con su nombre: Alfredo González. El primero se llama "La vida de alquiler" (2004) y es lejano en el tiempo y la distancia, aunque esté al ladito de su corazón y de su credo; el segundo, "Dudas y precipicios" (2008) es su carta de presentación, que lo certifica como alumno adelantado en el oficio de escribir canciones. Bogotá lo sabe. El tercero lleva por nombre "La nada y tu" y será la joya exótica de su corona discográfica. En él canta en lengua asturiana, se sale del margen montando en maquinitas y vuelve a hurgar en la llaga más honda. En mi repisa tengo una copia de ese disco junto álbumes de colegas suyos como Elton John, Dr. John, Ray Charles, Charly García y el eterno Richard Manuel.

Mientas Alfredo González pasa la página de su ex-disquera para empezar de nuevo -más no de cero-, mientras desenrolla las servilletas que tiene en su mesa de noche para hacer un disco nuevo y mientras sigue peleando la contra; decide sorprender Enero con una hermosa imagen lúgubre que le hace total justicia a esta canción, que pega dos veces y duele diez más.

29 de enero de 2010

Out on the weekend (1972): Cuando conocí a Holden Caulfield yo tenía tres años más que él, que para entonces ya era muy famoso -al igual que su padre, Jerome David Salinger-. Como muchos -supongo- supe de su existencia a través de la vida de John Lennon, o mejor, de su muerte. De la extraña combinación que mezclaba una copia del "Double fantasy", un revólver 38 Special cargado y una edición barata de la historia de Holden Caulfield, conocía las causas y las consecuencias de los dos primeros, pero del tercero no sabía casi nada, apenas locura. Cuando me adentré en las páginas de "El cazador oculto" -así se titulaba la copia a la que me hice- olvidé porqué había llegado a conocer a Holden y a J.D. Lo que importó en ese momento fue que había encontrado alguien que vivía situaciones idénticas a las mías pero en otros tiempos y en otras geografías; claro, no era un sentimiento exclusivo, pero eso me tenía sin cuidado. Desde entonces Holden no creció, J.D. se ocultó -quizás entre el centeno-, y yo aún no sé mucho sobre mí.

La mañana de hoy fue perfecta: el sol lamiéndome los ojos, y en mis oídos -gracias al random- esta canción para recordar a J.D. y al caradura de Caulfield para siempre.



23 de enero de 2010

Será que la canción llegó hasta el sol (1983): Fue en 2004. Llegué tarde. La rueda de prensa se desarrollaba en una reconocida discoteca de un opulento e insportable sector bogotano. Entré a un salón adornado con muebles blancos. Lo vi. Estaba arrinconado cómodamente en un sofá amplio. Sentí que sus palabras me transmitían la sabiduría de los elefantes, de las ballenas y claro, de los árboles. Los periodistas que lo rodeaban, como siempre, no entendian nada; estaban frente a un bicho raro del que ni siquiera sabían escribir bien su apellido. Habló de Hendrix, de la creatividad, de los músicos que ni siquiera con un par de turbinas pueden levantar vuelo. Le pasé un disco suyo y le dije que era mi favorito de todos los que él había grabado. Sonrió y dijo que era raro que ese disco fuera el favorito de alguien. Puso mi nombre, el suyo y un símbolo de paz. La siguiente noche en la misma discoteca tocó por primera vez en Bogotá para unas 200 personas -que aún no creemos lo que vivimos allí. Un día después lo hizo para 50.000. Iluminó. Tenía 54 años. Hoy cumple 60. Feliz cumple, Flaco querido.





Glosa: Escucho esta canción con Ana María Amaya-Villarreal en mi corazón.

11 de enero de 2010

Los imaginarios (2007): La exposición permanente a las canciones surge de la necesidad -siempre urgente- de una sensación diferente, que me descoloque del momento o del minuto mental. Dicha sensación casi siempre deriva en un hermoso daño irreparable, o si se quiere, en un punto y aparte. De lo contario no tendría mayor sentido.

Cuando me expongo a la voz de Miren Iza la sensación se potencia hasta la asfixia. Miren Iza es española y tiene un proyecto unipersonal llamado Tulsa. Miren Iza es Tulsa y Tulsa es Miren Iza. De sus canciones emana una tensión angustiante que duele y no cicatriza. Su voz de miel lame las heridas y se convierte en un consuelo inabarcable.





Glosa: su disco nuevo (a punto de lanzarze en España y México) hará parte de lo mejor de este año que recién comienza.

8 de enero de 2010

Rock 'n' roll suicide (1973): La providencia quiso que este inglés, hijo bastardo de Elvis Presley, naciera el mismo día que el rey del rock, pero doce años más tarde. Se inmoló en el escenario celeste del rocanrol haciéndose llamar Ziggy Stardust. Sobrevivió a la delgada dieta blanca de cocaína y leche. La palabra dignidad no aparece en su diccionario, la regaló en los noventa a bandas como Nine Inch Nails y semejantes. Sofisticó el rock para combatir la vulgaridad que inunda el género. Nadie lo ha superado.

Casualmente esta canción -grabada en directo el 3 de julio de 1973 en el londinense Hammersmith Odeon- dura el mismo tiempo que la anterior. Cuatro minutos y veintiún segundos son suficientes para morir y resucitar. Feliz cumpleaños Bowie.



Suspicious mind (1972): ¿Está vivo o no? Antes de responder a la pregunta, tómese los cuatro minutos y veintiún segundos que dura esta canción -grabada en directo la noche del sábado 10 de Junio de 1972 en el Madison Square Garden-, escuchéla con un mínimo de atención del corazón y encontrará la respuesta. ¿Está vivo o no?





No son sólo 75 años. Larga vida al Rey.

Glosa: Esta canción casi me cuesta la vida...

5 de enero de 2010

Se fiquei esperando meu amor passar (1989):

Carta corta a Renato Russo:

Querido Renato, mientras haces de las tuyas en un bar en el cielo junto a Luca Prodan, Joe Strummer y Cazuza, quiero contarte que Dado y Marcelo celebran tus canciones. Las últimas horas de 2009 fueron marcadas por el sello Legião Urbana ante un millón de personas o una cosa parecida. ¿Escuchaste al millón de almas darte serenata? La banda suena increíble y se han encargado de que estés presente en las voces de otros grandes cantantes. Doy fe de eso. Aunque no estuve en Fortaleza, vi con estos ojitos, que mi amigo Xoel López defendió esta canción con maestría rocanrolera y dulzura. Al final, salió en hombros. Tú lo sabes.

Te mando un abrazo, salúdame a la pandilla.

4 de enero de 2010

Hay mucha agitación (1965) + Tengo (1968) + Rompan todo (1991):

Hernán y yo ya te lloramos. Él ya te cantó y te bailó, y sus ojos se llenaron de agua salada por ti mientras lo hacía. Yo lo acompañé.

Te tragaste América entera y la pusiste al ladito de tu nombre aceptando que eras suyo. Sí señor, serás nuestro para siempre. Probaste el rocanrol y te gustó tanto que lo llevaste al pueblo, no sin antes picarle el corazón a unos niños que te veían por la tele, y que años más tarde, nunca dudaron en reconocer que fuiste el inventor, allá en el Sur, del rock salvaje, catatónico y nocturno. Elvis envidiaba tu forma de bailar y tus colegas esa forma de cantar. Humillabas, querido.

Gracias Sandro por la conexión que creaste entre mi viejo y yo. Por las canciones. Por tu voz, esa voz...

Hay mucha agitación (Sandro y los de Fuego):




Tengo (Sandro de América):




Rompan todo (Sandro junto a Charly García y Pedro Aznar):


3 de enero de 2010

Mr. tambourine man (1965): Una imagen sonora ronda mi cabeza todo el día. La silbo, la tararero, la canto. Me ha acompañado desde que me desperté. La última hora hasta ahora me resulta "hastiante", un cúmulo de minúsculas situaciones me provocan hartazgo y fastidio. Pero la canción sigue ahí, acompañándome. Recurro a este espacio para darle las gracias. Y cómo no hacerlo si la pongo y de inmediato la última hora se dispersa y toma color entre los dos minutos y veinte segundos que dura este clásico.



2 de enero de 2010

Rise (2007): La primera bofetada hermosa que me regala la providencia en 2010 se llama "Into the wild", una película dirigida por el genial Sean Penn y musicalizada por el gran Eddie Vedder. Casi mudos, mi querido Wolf y yo compartimos la belleza trágica de la vida después de verla.

Una oración a Christopher McCandeless.