25 de noviembre de 2008

Bandidos rurales (2001): Cuando vi la tapa del disco que contiene ésta canción que también titula al disco, quedé gratamente sorprendido. La mejor carátula de un disco de León Gieco. Él -León Gieco- que usa las palabras como su única arma, contundente y letal para los oídos limpios de los hombres sucios de cuello blanco mortesino; está vestido como un bandolero de La Pampa y se apoya en una escopeta. Todo un atrevimiento a su propia fe. En la foto de la tapa está León mirando al horizonte, en un campo abierto, sabio y duro, como esos que robaban y atracaban grandes botines para repartir entre los que apenas comían pan. Pero eso era antes. Ya no hay gente así, como esos bandoleros, esos bandidos rurales que se ganaron el corazón de los campesinos de muchos países. León mira hacia atrás y mira hacia adelante y sus canciones se vuelven la balanza justa del tiempo y su eterno andar.



19 de noviembre de 2008

Sad cinderella (1972): Abre la caja de música y la bailarina gira danzante y triste mientras un country aviva las llamas del corazón. ¿Cómo llegué hasta acá? se pregunta el hombre marchito, escuchando a Townes Van Zandt y mirando a la muñequita girar y girar. El polvo cubre las alhajas baratas y los pedazos rotos de un fotografía que se borró en la memoria, que no sabe distiguir entre un recuerdo y una pesadilla. Townes insiste y su voz quebrada trae al hombre de vuelta . La botella está vacía y se hace obligatorio apretar las muelas y secarse las lágrimas. El sol le espera afuera para abrazarlo y el río para lavarlo. A su regreso Townes lo recibirá para apaciguarlo y, con canciones, buscarle en su rostro un espacio a la sonrisa.



18 de noviembre de 2008

Himno de mi corazón (1984): Cuando escucho una canción como esta, voy al cielo, voy al infierno, me hago mierda, me hago postre, me mata y me resucita. La vida y el amor adquieren total sentido y lucidez. Nada malo puede pasar después de escucharla (y dedicarla si se quiere). Vengo acá y humilde la pongo en los oídos de los lectores-escuchas que pasan desprevenidos con ganas de un versito cantado que les caliente el corazón y los aliente a la sonrisa.

"Poeta fértil de verdad" canta AC en la última del primer disco de HB. Miguel Ángel Peralta. Miguel Abuelo. Ángel Miguel. Alado hermoso . Poeta (también lo digo yo sin ser poeta). Espérame en el cielo corazón.

Para Diana Consuelo (una vez más).





Sobre la palma de mi lengua
vive el himno de mi corazón
siento la alianza mas perfecta
que en justicia me une a vos.

La vida es un libro útil
para aquel que puede comprender
tengo confianza en la balanza
que inclina mi parecer.

Nadie quiere dormirse aquí
algo puedo hacer
tras haber cruzado la mar
te seduciré
por felicidad yo canto.

Nada me abruma ni me impide
en este día que te quiera amor
naturalmente mi presente
busca flores es de a dos.

Nada hay que nada prohiba
ya te veo andar en Libertad
que no se rasgue como seda
el clima de tu corazón

Nadie quiere dormirse aquí
algo debo hacer
tras haber cruzado la mar
te seduciré
solo por amor lo canto.

17 de noviembre de 2008

Crazy love (1970): Van Morrison es norirlandés. Tiene 63 años pero parece que tuviera trescientos. Es robusto y da la impresión de tener un carácter frío y fuerte. A veces pienso que Van Morrison es un árbol eterno que un día se cansó de estar enterrado en un bosque de Belfast lleno de seres fantásticos y decidió ser parte de otra mitología. Descubrió entonces que los sabios de su nuevo bosque imaginario no habían nacido en un bosque sino en una tierra árida y recia cerca al delta del Mississipi. Descubrió también que el encanto que rodeaba a sus nuevos maetros nacía de una profunda nostalgia: de la tristeza de los desterrados y los desheredados. En medio de esa desolación en la que la música alienta a seguir de pie, Van Morrison comprendió perfectamente de qué se trataba. Se sentía igual a los viejos Ray y Hank. Un día y sin pensarlo mucho Van partió desde Belfast hacia ninguna parte para cantarle al universo entero canciones como esta. (Asumo entonces que el gran Van Morrison es el verdadero Titanic, el que no querían que se hundiera, el que no se hundirá jamás). 

Para Diana Consuelo.

 

14 de noviembre de 2008

Don Simón (1974): Hace 63 años nació Humberto Monroy. Pero pocas personas saben quién es Humberto Monroy. Humberto Monroy es HUMO, así le decían sus amigos. HUMO inventó el Rock (en) Colombiano. Hizo la escuela primaria en Los Dinámicos, luego curso secundaria en Los Speakers y la universidad en Siglo Cero. El PhD fue en Génesis, que fue el génesis de todo, aunque nadie sepa qué es todo. Voló más allá de la estratósfera en 1992. Hombre valiente, de familia, sin él nada hubiera sido posible, yo no hubiera sido posible. Apago las velas por ti y (te) veo HUMO.

10 de noviembre de 2008

Pétalo de sal (1992): Una de las canciones más hermosas escritas por Fito Páez se llama Pétalo de sal y apareció por vez primera en ese disco titánico y tiránico titulado El Amor Después del Amor. La versión que se escucha acá es de 2008 y está a cargo del mismísimo señor Páez y la bellísima artista española Leonor Watling. la canción contiene a un chico y una chica y el espíritu de Luís.

Esta canción es apenas una excusa para presentar a un chico y una chica y también al espíritu de Spinetta contenido en este lindo blogacuatromanos: http://elcieloyanotienemispies.blogspot.com/. Invitación para hacer de Buenos Aires Bogotá y viceversa y el universo interior.




6 de noviembre de 2008

Whatever happened to my Rock 'n' Roll (2001): Fue la última canción de la noche de ese domigo emparamado. La humedad y el hedor se confundieron entre la alegría y el rocanrol hecho por tres jóvenes gringos que parecen manchesterianos. Dos caballeros encargados del bajo y la guitarra, y una señorita detrás de la batería, hicieron temblar a todo volumen mi corazón y mis piernas.
Desde lejos y desde arriba, la multitud parecía una masa saltarina, pacífica, constante y enérgica. Atraídos por el magnífico bloque sonoro que llegaba a nuestros oídos, y deslumbrados por el espíritu festivo de la masa, Manuel y yo decidimos unirnos a ella sin meditarlo muchos segundos. Diego vino detrás. Apenas un instánte después, y luego de ingresar hacia el centro de la bogotana masa saltarina, atravesando la dispersión de cuerpos que resistían estáticos al aguacero escuchando rocanrol, nos encontrábamos -en medio del pogo más salvaje- haciendo lo que pensábamos que hacían los demás: saltar como locos sin desenfreno, recibiendo con los brazos alzados, las poderosas canciones de Black Rebel Motorcycle Club. Nos equivocamos.
Mientras todos se dieron en la jeta de forma amistosa, mis amigos y yo jugamos al liberador juego de la danza de la lluvia, espantamos al frío, y le rogamos a ella que cesara. No quiso, pero en cambio nos dió felicidad y nos permitió verla encarnada en forma de una santa trinidad poderosa.



2 de noviembre de 2008

El colmo (2005): La primera vez que escuché una canción de Babasónicos, fue en 1997 y en la voz de un par de hermanos, Nelson y Pilar. Caminábamos borrachos por alguna calle de Chapinero y, de la nada y para espantar al frío de la madrugada, uno de ellos empezó a cantar: "Energía energía... energía positiva y una mente sana". Segundos después el otro se unió al canto y entonó: "Mi deseo es envolverme en agua salada, deslizarme con mi tabla por motañas de agua". Pegunté de qué se trataba y me respondieron que era una canción llamada Montañas de agua de una banda argentina muy rara que se llamaba Babasónicos. Para entonces, Babasónicos ya llevaba 4 discos revolucionarios, que se alejaban de la vieja y polvorienta historia de lo que los argentinos llaman "rock nacional". Ese mismo año se presentaron por primera vez en Bogotá. Siete años después repetían ciudad, pero ya no en un pequeño lugar underground como la primera vez, sino en el Parque Simón Bolívar ante miles y miles de personas. Ese día, Andrés, mi hermano, quedó cautivado para siempre con la voz de Adrián y la música glamourosa que su sequito de cinco hombres, instalaron en sus oídos para siempre. Los volvió a ver un par de años depués, en una vieja sala de cine, de esas que ahora funcionan como medianos auditorios para conciertos medianos de artistas enormes. Otro par de años después, en 2008, les puso cita a Babasónicos en Buenos Aires de los amores. Su emoción por Babasónicos me contagia, y hoy, un mes después de su encuentro porteño, lo acompañaré a verlos en Bogotá, de nuevo en Rock al Parque.

Un hombre enamorado de una ciudad imaginada se escapa solo hacia la felicidad para alejarse de la duda. Montado en un viejo vagón del tren de cercanías, rumbo al centro, piensa en el olvido bueno y oprime play para que suene esta canción.






Un concierto de Babasónicos (Por Andrés Wolf):
http://losqueestanestan.blogspot.com/