31 de agosto de 2008

How i wish (1991): Últimanente esa dosis diaria y necesaria de "nosequé", surte efecto cuando escribo sobre una canción mía que nunca será mía. Pero ocurre a veces que en el justo momento en que decido encontrar una canción, entre millones, todas me son esquivas, se esconden, me fastidian, me entusiasman, se asoman y se pierden jugando entre mis oídos y mis demás sentidos. Anoche sin nada en mente apareció esta delicia. Una vez más, Keith Richards se salía con la suya dejándome listo para el naufragio. Rocanrol (¿qué más puedo decir?) en su más pura y desfachatada expresión, encarnada en un feliz demonio. La complicidad aceptada extra-oficialmente. Después de esto, una muerte-feliz-resurreción.

Mientras Keith Richards & The X-Pensive Winos tocan y sienten la gloria en un antro del Sunset Strip, un viejo amigo de Richards (un hombren delgado) sentado en la última de las mesas, brilla con desconsuelo una medalla que lo acredita como caballero de un triste imperio que no le pertenece.



30 de agosto de 2008

El diablo en mi (1994): Una pista de baile a veces me aleja de la carretera. Sábado bogotano de agosto con poco viento y mucho sol brillante pero no picante. Una canción vestida de funk y rocanrol me encuentra sonriendo a Diana Consuelo día tras noche. Los amigos se quedan en el corazón vestido de canción, la que sea. ¿Un café?. Sí, con azúcar italiana por favor y una invitación a no pensar.

******

¿Alguien ha visto a Fito Páez?. Dicen que estuvo en Toscana haciendo un pacto con el diablo en un burdel. Zucchero decide pagar menos de 30 monedas de plata. El ángel acepta. Los dos ganan pero en diez años habrán sido juzgados. El cruce de caminos se desvanece y el cielo se funde con el infierno.



28 de agosto de 2008

Influenza (1983): Los dueños de las casetas reconocen algunos nombres, caras e historias. Cuando la cara, el nombre o la historia es conocida ponen precios altos. Cuando no conocen intentan adivinar, echan embuste. Dicen "es americano, deme veinte mil". Les digo que no, que es nacional. Les ofrezco un valor mucho menor. Dependiendo de lo que sea transamos. Otras veces corro con suerte. No echan embuste. Cobran barato por lo que no conocen. A veces me acerco a las casetas en las que también venden basura. Como sólo les interesa salir de lo que venden, cobran lo mismo por lo conocido que por lo no conocen. Allí también encuentro. En una de esas casetas, dispuesto a enmugrarme las manos me detengo a buscar. Opto por la segunda caja. Doy con una joya perdida en medio de polvo nauseabundo. Es conocido y desconocido. Lo he visto pero es diferente. Sonrío. Pago tres mil y sonrío.

Todd Rundgren, genio de genios, el Prince blanco (como lo bauticé), ha inspirado en varias ocasiones al delirante señor del universo. La curiosidad está en vuestras manos.



27 de agosto de 2008

Llorando en el espejo (1981): “Todos tenemos algo de él en nuestras almas, por nuestras vidas circula su música, con pasión, delirio, potencia, amor, compromiso o melancolía. El no es un artista más, él es un motor encendido que nos ha dado todo su talento”. Así rezaba la invitación-convocatoria que un grupo de amigos e hinchas de Charly García hizo pública a través de las diferentes comunidades virtuales. La invitación consistía en poner alguna canción de Charly a las 9 de la noche del 26 de Agosto, para enviarle ánimo, fuerza y cariño. ¿Porqué no?

¿Qué puedo decir de Charly que no haya dicho antes y que no me hayan oído decir?. No sé, pero puedo repetirlo. Charly: cambiaste mi vida y te amo.

En la intimidad de mi casa a esa hora, anoche sonó esta inspiradísima canción. En ella, un blues oculto nos hace sentir menos miserables ante un recuerdo.



26 de agosto de 2008

Lucky man (1970): A veces las canciones se transforman (y obvio, transforman a las personas). Cambian de color, cambian de sensación y cambian de dueño; esto depende de que la canción tome desprevenido al que la escucha o que el tiempo la transforme en un buen o mal recuerdo dependiendo del presente que tuvo la canción en una situación determinada. También se transforman cuando quien la interpreta le pone un vestido nuevo. Por ejemplo, Johnny Cash "se hizo dueño" de muchas canciones que él no escribió pero que interpretó de manera magistral; esas canciones requerían de su versión definitiva para quedar completamente hechas y con un lugar en la historia.

La canción que esta tarde pongo en este humilde espacio, ocupó su lugar definitivo la noche en que mi hermano Andywolf y yo, vimos a Miguel Durier junto a Ernie Becerra interpretarla de manera despojada, dulce y honesta, paradójica y tristemente hermosa. Estaban en un pequeño teatrico bogotano dispuesto para la poesía y la canción en su más pura expresión.

Un viejo trío de rock sinfónico se siente orgulloso, mientras que un ángel agradece la canción y reza por ellos y un guitarrista líder echa de menos a su amigo de travesías y sueños.

A Miguel Durier, su obra y su memoria. Gracias y esta canción, su canción.





http://www.youtube.com/watch?v=Q0tEC4Jc_Js#

24 de agosto de 2008

Ain't no beatle (1966): Cuando murió George Harrison allá por el 2001, sentí que un amigo mío muy cercano moría y que una parte de mi vida se iba con él. Lloré. Pero quedaron sus canciones y entonces él también se quedó. El sábado 23 de Agosto a las veinte horas con treinta minutos, en Bogotá, Colombia, Miguel Durier un joven cartagenero de 58 años, guitarrista rítmico, cantante, frontman y estrella de rock, murió. Su cerebró no quiso arrastrar más ese tren cargado de vitalidad. Cuando tenía 14 años le declaró su amor más profundo a los Beatles y se echó a rodar como un canto. Desde su incorporación a los Flippers, los escenarios serían testigos mudos de un huracán encarnado en Miguel Durier. Las calles de Nueva York también fueron testigos. El sábado 23 de Agosto a las veinte horas con treinta minutos, en Bogotá, Colombia, murió un amigo mío y una parte de mi vida se fué con él. Volví a llorar. Pero me queda su nobleza, su alegría, su desparpajo y sus canciones, entonces también se queda él.

En un bar, un hombre ve sobre la tarima como las fuerzas maravillosas del rocanrol atraviesan a un cantante y guitarrista de pelo crespo color plata con una Fender roja en sus manos; en él la soledad convive con la felicidad. Años después en un coliseo, el primer hombre vuelve a ver al guitarrista, ahora toca una guitarra acústica, la soledad ya no lo habita y las fuerzas maravillosas no lo han abandonado pero pronto habrán de llevárselo a algún cielo.



22 de agosto de 2008

Touch me (1969): Quinta canción (5 de 5) de cinco bandas popularísimas, queridísimas y exitosísimas que relmente NO me gustan y ME aburren.

Frenesí y lujuria. Sonido tribal de guitarras y tambores. Teclados completamente lisérgicos. La invitación sexual de un cantante bien parecido y escandaloso. Y depués... pero de inmediato, los deliciosos vientos que hacen que esta canción sea pu-ta-men-te buena. La disfruto tanto cuando la escucho. Los discretos arreglos de cuerdas hacen miel la voz de Jim Morrison. Y al final, la libertad plena del jazz en un solo de saxo. Las maravillas desconocidas de Ray Manzarek y Robby Krieger detras el desparpajo abrumador y solitario del cantante (luego muerto de devoción) siempre bien parecido. No dejo de imaginar a Nino Bravo interpretando esta canción pero hoy creo que es perfecta y que Jim lo hizo bien aquí.



21 de agosto de 2008

En brazos de la fiebre (1996): Cuarta canción (4 de 5) de cinco bandas popularísimas, queridísimas y exitosísimas que relmente NO me gustan y ME aburren.

Si yo entendiera por rock un sonido especial cargado de guitarras eléctricas afiladas, y base rítmica vertical, esta sería por definición, quizás, la banda hispanoamericana de rock. Pero no, el rock es muchísimo más que eso y diferente. Una vez a mediados de los ochenta los egos de Juan Valdivia y Enrique Bunbury se juntaron para rendir culto al dios del rock duro y lo consiguieron. Héroes del Silencio lograría algo impensable, poner la bandera del rock cantado en español en la punta de la torre de babel europea. Canciones llenas de metáforas y poesía surreal en la voz del monstruo Bunbury y en las guitarras de un insoportable Valdivia encantaron a miles de jóvenes menos a mi. Una vez más los invito a que pasen y escuchen.



20 de agosto de 2008

Every little thing she does is magic (1981): Tercera canción (3 de 5) de cinco bandas popularísimas, queridísimas y exitosísimas que relmente NO me gustan y ME aburren.

Ya mecioné alguna vez lo mal que me cae Sting. Su estapa solista es muy aburrida por no decir pretenciosa, o sí, es pretenciosa, con tanto hace tan poco. Pero bueno debo hablar de The Police. Primero y mi queja permanente es que no entiendo cómo le ponen a una banda de rock un nombre tan anti-rock y tan anticivilización como ese. Segundo, creo que sí se inventaron algo, pocas bandas suenan así o como ellos tres, llenos de una energía que derrochaban tan bien en directo, casi geniales. Canciones up mientras una cerveza en un bar ruidoso es la mejor forma de oírlos. Se merecen su lugar. Mi problema es con Sting (at-dt, antes del trantra y después del tantra). Pasen y escuchen.



19 de agosto de 2008

Pero nunca me caí (1994): Segunda canción (2 de 5) de cinco bandas popularísimas, queridísimas y exitosísimas que relmente NO me gustan y ME aburren.

La conexión entre los astros, los antepasados y el rock ha dejado miles de señales en cualquier lugar en el que esta música dichosa haya pisado tierra o invadido radios. Himnos gloriosos, puertas que se abren, surrealismo, visiones proféticas, celestiales e infernales, excesos, paisajes, trasnmutaciones drogas, etc. Una banda del DF mexicano (con argentino a bordo que se quedó con el nombre) más onírica que telúrica, con canciones épicas y todo lo demás; un día ya no quisieron ser más Robert Smith y se separaron siguiendo las huellas de María Sabina convertida en jaguar. Cuando fueron Caifanes nunca los entendí, ahora hechos Jaguares, descendieron un poquito hacia la tierra, me caen mejor. Ustedes pasen y escuchen.



18 de agosto de 2008

Tender (1999): Primera canción (1 de 5) de cinco bandas popularísimas, queridísimas y exitosísimas que relmente NO me gustan y ME aburren.

Esta canción es putamente buena, me gusta mucho, no así Blur y el resto de su obra, que sin duda es buena pero no me gusta. Dejando de lado cualquier mínimo espacio a la suspicacia, sí, amo Oasis. Pero ese no es el motivo por el que no me gusta Blur, aunque debo admitirlo, sí fue el propulsor de no quererlos, de bloquearlos. Mediáticamente influenciado por las ridículas declaraciones en primera plana de los hermanos Gallagher y de Damon Albarn y Alex James, la música de Blur pasó con más pena que gloria por mis oidos, me creí el juego de las casas disqueras, de la prensa y de las bandas. Años después cuando intenté acercarme a la banda de Damon Albarn y Graham Coxon, encontré una banda buena, divertida y bailable pero no me produjo mayores sensaciones, nada que me provocara levantarme de la cama e irme a tragar el mundo. Apenas sólo un gran canción lo logró (o bueno dos incluyendo Country House, aunque en verdad no tanto). ¿Pude haber alguien tan estúpido? Sí yo. Hoy puse acá mi adolescencia. Esta canción es un hermoso gospel, con una letra honesta y sentida. Pasen y escuchen.



15 de agosto de 2008

Mis noches sin ti (1971): Metales enormes y deliciosos. Ritmo acompasado. Vozarrón. Otra vez los vientos que no dejarán de sonar hasta el final. Teclados sutiles. Cuerdas perfectas en el estribillo y en adelante. Letra sencilla y universal. Sofisticación negra muy jazzie, muy soul. Pop entero, perfecto.

Cuando yo tenía 11 años, la televisión me presentó al mayor cantante de pop que he escuchado en toda mi vida. Vestido de negro impecable, parado sobre un piso de parqué, de grande de talla y con voz privilegiada llena de potencia, fortaleza y matices (que en el escenario catalizaba emociones puras para transformarlas en sentimientos profundos) el hombre profetizaba en canción su tragedia mortal. Aquella voz que no se fue nunca de mi lado, me regaló maravillas como esta.



14 de agosto de 2008

Teenage Dream (1974): Los dinosaurios tarde que temprano desaparecen. Marc Bolan era Tyrannosaurus Rex o T-Rex y era putamente creativo y brillante, y tenía la melena larga al igual que sus brazos. Ziggy lo vió, se enamoró y quiso ser él, Iggy también y yo también. Amaba los carros pero a la vez temía conducirlos. Un día, después de haberlo hecho todo y queriendo hacer más se extinguió dentro de un carro que iba a muchos kilómetros por hora. El más grande y temeroso y sexy y provocador de los dinosaurios, desapareció en una autopista. Ringo lloró.

La noche del miércoles, con esta canción en la cabeza y una sensación de desencanto, vi a mis amigos y pensé en ellos, en todos. Hoy escribo acá que los quiero y que esta canción es para ellos. (Un diccionario siempre está a la mano y perdón por la tristeza).



13 de agosto de 2008

Juguetes (1997): En un mueble viejo, de madera más noble que la piel de durazno, hay discos de vinilo, discos compactos y casetes. Prince sobre una moto púrpura está delante de Todd Rundgren (El efecto del alguna vez popular artista torturado) de cuerpo entero partido en dos. Charly García está atrás de Rick Wakeman que camina entre Enrique VIII y sus ocho esposas. El Álbum Blanco sucede al Sgt. Peppers y a su vez este mira a George Harrison y sus duendes en blanco y negro que le dan la espalda a aquella contratapa por primera vez llena de letras. Nacho Vegas casi desaparecido y escondido detrás de los lisérgicos paisajes andinos de Génesis mira a Johnny Cash póstumo junto a Bob Dylan desconectado. Los cuatro, vestidos de policarbonato de plástico están temerosos de ser aplastados por enormes y coloridos sobres de cartón que a su vez contienen círculos negros llenos de música. Las pequeñas cajitas con cintas grabadas hacen fila segura en un cajón que hace rato no se abre. Algunas son originales pero la gran mayoría son artesanales. Así, The Black Crowes cronológicamente le guarda la espalda a The Faces que a su vez se la cuida a Free. Todas duermen seguras un sueño eterno. Un Salmón que parece cinco guarda un lugar no muy especial igual que los demás; es fácil de pescar, es vecino de Pink Floyd amurallado, en vivo y doble. Pero un disquito de plástico con apenas seis canciones (un EP le dicen algunos) y envuelto en un pequeñito sobre de cartón murmura un leve Ruido Rosa que lo descubre en medio de tanto gigante. Un Cyberpunk vestido de elegante pop hace resonar la canción número dos y se pone a la altura.



12 de agosto de 2008

A song for you (1973): Un ángel en llamas, Ingram Cecil Connor III, descendió de los cielos buscando a Hank sin saber que Hank había subido a buscarlo. Tanto Hank como él tomaron caminos diferentes y nunca se encontraron en un cruce. La conexión únicamente sería cósmica y etílica. El ángel entonces cambió su nombre y en la Tierra decidió ser llamado Gram Parsons. Buscó a Hank en discos, banjos, coca, ácido y alcohol; a veces lo alucinaba traslúcido y otras lo deliraba opaco. Sudoroso y cansado, Gram tomaba la guitarra para llamar a Hank pero venía la musa dolorosa en forma de canción. Gram tenía 26 años -tres menos que Hank- cuando decidió que sus cenizas debían volar al cielo desde el desierto de Joshua Tree. Suficiente fue la cantidad de etílico que corría por sus venas, cuando su amigo vagabundo -al que le encomendó la misión de encenderlo- arrojó la cerilla sobre su cuerpo.

En su mansión, Keith Richards se sirve un trago, desempolva el primer disco de su amigo Gram, lo pone sobre el plato y la aguja surca la tercera canción.

11 de agosto de 2008

Sólo pienso en ti (1974): Rodrigo García Blanca abandonó Bogotá en 1970 para cumplir el servicio militar obligatorio en España, su madre patria. Con su partida llegaba a su final la vida de los Speakers (inventores del rock en Colombia) pero no así su genialidad creativa. Luego de un desafortunado disco con Los Pekenikes, tropezó en el camino con José María Guzmán para fundar Solera grupo germén de CRAG (Cánovas, Rodrigo, Adolfo y Guzmán). Cuatro escritores de canciones, vocalistas perfectos y grandes músicos (cualquier parecido con Crosby, Stills, Nash & Young fue pura coincidencia) crearían el álbum Señora Azul cuando hacer canciones llenas de creatividad, libertad y belleza era peligroso. La España franquista no se cansó nunca de señalar y censurar lo que no le gustaba, pero estos cuatro tipos consiguieron burlarla y hacer de este disco una hermosa pieza fundamental del Rock Español.

Una mujer de 45 años mira la repetición de un culebrón venezolano del que sólo ella se acuerda en un canal retro dedicado a las telenovelas. Miguel Bosé suena en una radio "romántica" con un reggae que nunca compuso pero que pocos saben que no es de su autoría. Y un hombre de fina barba blanca, en algún lugar de Cádiz sentado al piano, toca y canta esta canción soñando con su amada.



8 de agosto de 2008

Games without frontiers (1980): Cada 4 años la humanidad concentra su mirada en los Juegos Olímpicos y a su vez la desvía de la guerra eterna que la invade desde la atigüedad misma. No me gusta aguar la fiesta pero mietras miraba la increíble y emotiva inauguración de los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, por mi mente cruzaban imágenes que me distraían de la pirotecnia oriental. Esclavitud infantil y maquilas con nombre de marca deportiva. Censura de prensa no oficial. Prohibición del internet. Represión estatal violenta. Expansión de la economía de mercado socialista. Y por supuesto, el Tibet.

Pero la paradoja no espanta a la esperanza convertida en deporte, sana competencia y hermandad humana.

Peter Gabriel aburrido del nacionalismo mediático que un concurso de televisión propiciaba escribió esta canción que viene bien hoy y vendrá bien siempre.



7 de agosto de 2008

Last great american whale (1989): Jueves festivo en Bogotá. Se me antoja que este festivo no debería ser. No me gusta su razón, ni lo que conmemora, ni las banderas en las ventanas. No me gustan las banderas. Anoche vi a Mateos resplandecer. Hoy Colombia no resplandece pero se viste de merengue, de real madrí. Yo leo a Melville desde el estómago de su ballena. Este festivo perezoso me incomoda y las noticias me hacen reír. La estupidez política colombiana no conoce límites.

Llamadme Lou. No me piques que sé rascarme duro y puedo ser más incómodo que tú. Desde esta silla vieja todo se ve muy claro y sé bien de qué me rio cuando me rio. Pero sigue, puedes pasar un rato torpe y tranquilo.



6 de agosto de 2008

Cuando seas grande (1986): Que no! Que el rock sólo se canta inglés! Que el rock en castellano es una infamia! Además el rock es para vagos y maricas, o si no vea a toda esa mano de perdidos que dejó el hippismo y las drogas. Todos por ahí en la calle, con una cobija sucia escarbando en la basura a ver qué encuentran para comer. ¿Me escuchó?. Y si quiere tocar guitarra pues aprende guitarra clásica y si va a cantar en español pues canta boleros. Nada de rock. Coja juicio y deje de pensar en pendejadas. ¿Quiere pruebas? Por ejemplo, el Miguel Mateos ese. Ya nadie se acuerda de él. Nos hizo felices a todos con su rock de estadio, nos hizo creer que era posible cantar rock en castellano, que no era sólo una moda, que soñar rock hasta las 5 de la mañana era más que un sueño y que él era el jefe del patio de atrás, o sea de acá. Pero no! Como ya no vende discos, como la radio ya no lo pone, como lo cambiaron por musiquita de color esperanza, y como no es flaco, ni arma escándalos, ni es hijo putativo de nadie, ni hace cine, pues se jodió. Su estatua está cubierta de la patina del olvido.

Nunca vi a Miguel Mateos hasta hoy, pero esta tarde tengo una cita con su rock de estadio, poderoso y vivo. Gracias Miguel, te mando un fuerte abrazo, nos vemos en el Simón.



5 de agosto de 2008

Tattva (1996): Tattva, acintya bheda bheda tattva. Ese es el único verso en sánscrito que he escuchado en la historia del rock y que aún canto como un mantra, sin importarme qué carajos significa. Es la maravilla del pop hecha canción o la maravilla de la canción hecha pop, en sánscrito!!!. Kula Shaker con su álbum K, aderezaban la mitad de la década última del siglo pasado con finas especias psicodélicas, traídas de la india 30 años antes por un señor de apellido Harrison.

Algún chico llegaba del colegio y prendía la tele. Buscaba el canal en el que sólo ponían videos musicales de rock (rock alterlatino, rock clásico, unpluggeds, Beavis & Butthead, metal, pop, noticias mtv y rock de 1996) y cuando se encontraba con el clip de esta canción se perdía alegre, alucinando.



4 de agosto de 2008

Pájaros mojados (2002): Algo en mí pide escuchar a Quique González. Que me pase eso es una cosa rarísima. Las primeras veces, el señor González falló su blanco que era yo, pero de tanto intentarlo ha provocado que me guste len-ta-men-te. Creo que tiene que ver con sus canciones, con su sabor americano(una vez más la palabrita, si la dices al revés...) y su sencillez, sobre todo eso, su sencillez. Parece no haber pretenciones en sus canciones, hechas a la vieja usanza de los maestros de la hermosa Rickenbaker doce cuerdas y eso se agradece y cala profundo. De ser un reto pasa a convertirse en uno de mis favoritos. El proceso a la inversa.

Lunes a media mañana con noticias intrascendentes e intransferibles. Después de un bajón de apenas segundos me acuerdo de esta canción y re-cuerdo, una vez más, dejo pasar. Tontamente sonrío y sigo.



1 de agosto de 2008

Cigarrettes (2008): Russian Red o Lourdes Hernández (como fue bautizada) salió a eso de las 8:30 de anoche e irradió amor. Su vestido beige hacía juego con unos zapatos verdes (más lindos que los rojos de Judy Garland), una fender hermosa -verde también- y unos ojos grandotes que resplandecían más que Ciudad Esmeralda. A primera vista frágil y dulce y a primera oída también, frágil y dulce. Canciones encantadas, una voz que hechiza desde el primer momento y 22 añitos que parecen 30. Desde Madrid llegó un sueño que no pensamos soñar y del que despertamos queriendo más y más. Y más es lo que Russian Red tiene para darnos.

En la mitad de esta canción, Lourdes emocionada sonríe sutilmente mientras cruza una linda mirada con su perfecto guitarrista Manuel Cabezalí, telepáticamente comparten el mejor momento del concierto y mi piel se encarga de hacérmelo saber.