Clocks (2002): ¡Joder! Han pasado dos semanas y la sensación sigue siendo la misma. ¡Joder! No iba por nada y volví cargado de emoción y con la impresión de haber vivido uno de los momentos más bonitos de mi vida.
El primer vals llamó a la alegría irresistible y esta bajó incontenible. Huraños afuera. Luego todo lo demás: ejecuciones perfectas de piezas pop magistrales -como los Beatles, sólo hasta ahora pienso en que ellos lo hacen como los Beatles-; luces de fuego multicolor iluminando el cielo azul de Bogotá; luces de todos los colores que emanaban del techo, del piso y de la pantalla; piezas de pop magistrales que ya hacen parte del inconsciente colectivo del planeta Tierra; una banda de estadio en su mejor momento liderada por un cantante más carismático que Cristo y que parece un saltimbanqui conquistando y rompiendo corazones solitarios; y piezas de pop magistrales que me han hecho sonreír y sentir latir mi corazón no pocas veces. En medio de todo eso Wolf y yo, grandiosos y felices desbordando endorfinas en todas las direcciones como rayos poderosos, Wolf y yo como locos, grandiosos como niños chiquitos en el medio de un concierto de... digamos Coldplay.
¡Joder! Y yo que me creía Steve McQueen.
La tercera canción fue un disparo al corazón. Directo y con una sentencia socarrona y casi genial... (se viene la frase obvia, obvio)... ¡Viva la vida!
3 comentarios:
VIVA LA VIDA UUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUU
A pesar de mis diferencias con Colplay, creo que habría tenido una reacción parecida con esta canción y en ese sitio en particular.
Saludo!
Los Colores nos rodearon, fuimos una vez mas testigos de un espectaculo inolvidable, junto con Umbert desbordamos alegria y miles de mariposas colorIdas reavivaron el querer estar siempre de la mano de la buena música, de un fabuloso concierto, del buen Rock.
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