4 de diciembre de 2013

Father and son (2007): Tres hombres hay en mi vida: Don Humberto, mi abuelo; Don Hernán, mi padre; y Wolfie, mi hermano. Mi santa trinidad masculina. Los tres poseen un profundo sentido de la generosidad que pocas veces he visto en otros. De los tres he aprendido infinidad de cosas y por ellos son quien soy; de mi abuelo heredé altivez, valentía, furia y ternura, a mi hermano le he copiado (con mala fortuna) la simpatía, la gracia, el estoicismo y la ternura de mi abuelo. En el camino que recorro, despacio, aprendiendo la compasión como fin último de mi vida, mi papá, sin saberlo, es faro que guía e ilumina; en él me reflejo y sobre su enseñanza me construyo (y reconstruyo).

A los 25 años recién cumplidos Don Hernán fue padre por primera vez, desde entonces, cuando miró amoroso a los ojos de la Providencia que no respondió a sus preguntas esa eterna e inquietante noche de diciembre de 1979, hasta hoy, 35 años después que cumple 60, ha hecho un trabajo excepcional para conmigo y el universo.

Don Hernán es un sabio (como esos que viven solos en la cima de una colina y tienen la barba larga aunque él viva en casa con mi madre y se afeite a diario), no miento, y es el único que conozco. ¡Gracias por tanto amor, pá! ¡Salut!

 

15 de julio de 2013

You feel so lonely you could die (2013): Más allá de la coincidencia obvia de los nombres, no consigo entender (y menos explicar) la asociación permanente que hago entre el siguiente soneto que escribí hace un tiempo y la bendita penúltima canción del inesperado disco de Bowie. Para mí, una asincronía maravillosa.


El primer hombre en la Tierra

Solo estuvo Jesús en los Olivos,
solo estuvo el profeta en el desierto,
solo estuvo en prisión el fugitivo,
solo estuvo ante Dios el hombre muerto.

Solo estuvo el esclavo en la galera,
solo estuvo, sin nada, el exiliado,
solo estuvo el soldado en la trinchera,
solo estuvo en la trocha el masacrado.

Solo estuvo el adicto en su espejismo,
solo estuvo el judío ante el cianuro,
solo estuvo el amor entre la guerra.

Solo estuvo el suicida en el abismo,
solo estuvo mi espíritu en lo oscuro,
solo estuvo el primer hombre en la Tierra.

 

8 de junio de 2013

Ah-Ah/O-No (1972): La historia es así, sencilla. Salieron de un bar, caminaron unas cuadras hasta dar con una calle principal a esperar un taxi para ella, por la esquina en la que se encontraban giró y se detuvo un camión de la basura de color blanco con verde, el basuero que acompañaba al chofer del camión asomó su cabeza y su brazo derecho por la ventana a la vez que mascullaba algo que no entendieron, ella se asustó, él volteó a mirar qué pasaba, detalló que el basurero les extendía dos bombones, "son de chocolate" dijo el basurero, él los recibió y agradeció con una sonrisa, le pasó uno a ella que también dibujó su sonrisa, el semáforo se puso en rojo y caminaron hasta un taxi libre, se despidieron, ella se subió y el siguió caminando por una calle bogotana mientras silbaba la siguiente canción:

 

19 de enero de 2013

Algo ha cambiado para siempre (2010): Desde que escuché a Miren Iza en su proyecto en solitario llamado Tulsa sucumbí a su encanto, a cómo arrulla el dolor, a las formas y los dejos de su voz, a la intensidad con que aborda cada sensación, cada recuerdo, cada momento, a la precisión con que expone y disecciona el amor en sus canciones. La vida quiso que Miren Iza tocara en Bogotá el 18 de enero de 2013, en pleno centro histórico, a las tres de la tarde para unos pocos que fuimos más que muchos. Un show tan delicado como voraz. Al final, después de casi 50 minutos y con una alegría que me superaba, la felicidad se concretó por un instante cuando regresó para cantar una canción más, la que yo quería y ya me había hecho a la idea que no escucharía.

 

Algo dentro de mí se ha roto, se ha partido como una nuez
Habría pedido que esto no nos pasara a ti y a mí
Cinco días enteros sin saber, cinco días enteros sin saber
al sexto ya no preguntaré.

Algo ha cambiado para siempre.
Algo ha cambiado para siempre.

Ahora te vas al sur, me dices, el norte quédatelo tú
La lluvia incesante, tortura constante, ha negado tu corazón
Ya no te puedo querer, sólo falta que dejes de doler
Alguien tendrá que romper este rizo maldito de una vez.

Algo dentro de mí se ha roto, se ha partido como una nuez
Habría pedido que esto no nos pasara a ti y a mí
Se aburre el espectador, se cae agotado el telón
Aquí ya no hay nada que ver
Dicen que bosteza hasta el apuntador.

Si hay algo intacto aun, no sé
El miedo no avisa.