4 de agosto de 2008

Pájaros mojados (2002): Algo en mí pide escuchar a Quique González. Que me pase eso es una cosa rarísima. Las primeras veces, el señor González falló su blanco que era yo, pero de tanto intentarlo ha provocado que me guste len-ta-men-te. Creo que tiene que ver con sus canciones, con su sabor americano(una vez más la palabrita, si la dices al revés...) y su sencillez, sobre todo eso, su sencillez. Parece no haber pretenciones en sus canciones, hechas a la vieja usanza de los maestros de la hermosa Rickenbaker doce cuerdas y eso se agradece y cala profundo. De ser un reto pasa a convertirse en uno de mis favoritos. El proceso a la inversa.

Lunes a media mañana con noticias intrascendentes e intransferibles. Después de un bajón de apenas segundos me acuerdo de esta canción y re-cuerdo, una vez más, dejo pasar. Tontamente sonrío y sigo.



3 comentarios:

juan dijo...

dios (cualquier dios) bendiga todo camino que nos lleva a una sonrisa. Sobre todo a las sonrisas tontas.

PALA dijo...

..no sé si sos consciente de los que nos estás regalando con este blog... al menos a mí me estás dando un mundo.
¡Gracias!
Epa Quique...¡Epa!!

Andrés Correa dijo...

Cada vez me gusta mas!