15 de agosto de 2008

Mis noches sin ti (1971): Metales enormes y deliciosos. Ritmo acompasado. Vozarrón. Otra vez los vientos que no dejarán de sonar hasta el final. Teclados sutiles. Cuerdas perfectas en el estribillo y en adelante. Letra sencilla y universal. Sofisticación negra muy jazzie, muy soul. Pop entero, perfecto.

Cuando yo tenía 11 años, la televisión me presentó al mayor cantante de pop que he escuchado en toda mi vida. Vestido de negro impecable, parado sobre un piso de parqué, de grande de talla y con voz privilegiada llena de potencia, fortaleza y matices (que en el escenario catalizaba emociones puras para transformarlas en sentimientos profundos) el hombre profetizaba en canción su tragedia mortal. Aquella voz que no se fue nunca de mi lado, me regaló maravillas como esta.



2 comentarios:

Andy dijo...

Increible, increible... hermosísimo.

Anónimo dijo...

Qué es este blog tan hermoso? Te quiero a tí, a tu blog, y a tu hijueputa música que nunca se acaba y casi, casi, casi Siempre es perfecta.