Lunes otra vez (1973): El matinal cielo bogotano de este febrero ya casi moribundo está más gris de lo habitual. Aturde y destiempla el alma, provoca de todo menos levantarse de la cama para hacer lo que hay que hacer. Al medio día el sol sigue sin aparecer y el ocaso es impercetible. Así es Bogotá, así ha sido siempre. Plomiza e indiferente. Y si a eso se junta la sensación de un lunes inaplazable pues la cosa se pone peor.
Esta mañana al asomarme por la ventana no había sol pero sí nubes y frío. Mientras miraba al cielo mi pensamiento fue atravesado por una antigua y extraña reminiscencia a la que sobrevino una canción que tarareaba hasta el hartazgo hace muchos años. Hoy he vuelto a hacerlo, la he cantado todo el puto día como un demente, con una sonrisa genuina, y juraría que algo de sol ha entrado por las rendijas de la persiana, como cuando las dulces armonías vocales de Charly García y Nito Mestre se adentraron en mí para hacerle frente a la tristeza hasta vencerla.
"hay canciones lo suficientemente heroicas, paran los relojes con el pensamiento de alguien" AC.
14 de febrero de 2011
7 de febrero de 2011
Always in time (1982): Revisitar la discografía del rock hecho en Colombia entre los años sesenta y el primer lustro de los años ochenta es enfrentarse a una paradoja: la pobre producción de discos enfrentada a la calidad superlativa de los mismos. Bajo el riesgo de equivocarme, quizás no se hayan editado más 30 álbumes de rock en esos 25 años, pero algunos de ellos se convirtieron en joyas definitivas del rock hecho acá.
Hace 30 años en Bogotá, cuando los vinilos de rock eran apenas un recuerdo, Jorge Barco (voz, teclados y guitarras), Alexei Restrepo (guitarra líder) y Nacho Pilonieta (bajo), conformaron Ship; una banda que destilaba rock en todo su esplendor. Bebían de las mejores fuentes del rock progresivo, como también del new wave y el hard rock; parecían de otra ciudad o de otro tiempo, nunca de Bogotá. Repitiendo el ciclo (Los Speakers y Banda Nueva), grabaron en el mejor estudio de Bogotá, se tomaron su tiempo y brillaron con el magnífico álbum 'Born'. Pero una vez más, y haciendo honor a su nombre, una banda de rock nacional se adelantaba a su tiempo en este espacio, en esta goegrafía.
De regreso a 2011, Jorge Barco se ha vuelto a juntar con sus compañeros de banda para abordar un nuevo viaje por las estupendas canciones de Ship. La cita será este 10 de febrero en Bogotá desde las 23 horas en el Bar Trilogía (Calle 81 # 12-70), la entrada tiene un valor de $10.000 e incluye una copia remasterizada del estupendo álbum 'Born' que cerraba su cara B con un artefacto sonoro etéreo y telúrico a la vez.
Hace 30 años en Bogotá, cuando los vinilos de rock eran apenas un recuerdo, Jorge Barco (voz, teclados y guitarras), Alexei Restrepo (guitarra líder) y Nacho Pilonieta (bajo), conformaron Ship; una banda que destilaba rock en todo su esplendor. Bebían de las mejores fuentes del rock progresivo, como también del new wave y el hard rock; parecían de otra ciudad o de otro tiempo, nunca de Bogotá. Repitiendo el ciclo (Los Speakers y Banda Nueva), grabaron en el mejor estudio de Bogotá, se tomaron su tiempo y brillaron con el magnífico álbum 'Born'. Pero una vez más, y haciendo honor a su nombre, una banda de rock nacional se adelantaba a su tiempo en este espacio, en esta goegrafía.
De regreso a 2011, Jorge Barco se ha vuelto a juntar con sus compañeros de banda para abordar un nuevo viaje por las estupendas canciones de Ship. La cita será este 10 de febrero en Bogotá desde las 23 horas en el Bar Trilogía (Calle 81 # 12-70), la entrada tiene un valor de $10.000 e incluye una copia remasterizada del estupendo álbum 'Born' que cerraba su cara B con un artefacto sonoro etéreo y telúrico a la vez.
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