Memoria de jóvenes airados (2008): Y llegó una carta desde el sur cargada de aliento y de fe y con olor a canción. Las palabras volvieron a dar en el blanco perfecto, en el justo centro donde el recuerdo y el afecto permanecen casi intactos -apenas cubiertos por la pátina de un próximo encuentro- y la duda convive con ellos. Sé de pocos con un corazón de oro como el que busca Neil Young eternamente, y con la mirada altiva como la que tienen esos chicos de los que habla Loquillo en esta preciosa canción. Así es el amor que mis amigos y yo nos profesamos: altivo y de oro.
2 comentarios:
El amor de tus amigos no es más que un reflejito de la luz que sale de adentro tuyo. Suena cursi pero es absolutamente cierto.
¡A su salud, caballero!
...all we need is love...
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