Father and son (2007): Tres hombres hay en mi vida: Don Humberto, mi abuelo; Don Hernán, mi padre; y Wolfie, mi hermano. Mi santa trinidad masculina. Los tres poseen un profundo sentido de la generosidad que pocas veces he visto en otros. De los tres he aprendido infinidad de cosas y por ellos son quien soy; de mi abuelo heredé altivez, valentía, furia y ternura, a mi hermano le he copiado (con mala fortuna) la simpatía, la gracia, el estoicismo y la ternura de mi abuelo. En el camino que recorro, despacio, aprendiendo la compasión como fin último de mi vida, mi papá, sin saberlo, es faro que guía e ilumina; en él me reflejo y sobre su enseñanza me construyo (y reconstruyo).
A los 25 años recién cumplidos Don Hernán fue padre por primera vez, desde entonces, cuando miró amoroso a los ojos de la Providencia que no respondió a sus preguntas esa eterna e inquietante noche de diciembre de 1979, hasta hoy, 35 años después que cumple 60, ha hecho un trabajo excepcional para conmigo y el universo.
Don Hernán es un sabio (como esos que viven solos en la cima de una colina y tienen la barba larga aunque él viva en casa con mi madre y se afeite a diario), no miento, y es el único que conozco. ¡Gracias por tanto amor, pá! ¡Salut!