4 de octubre de 2009

La belleza (1998): Descubrir los cajones del armario de mi tía Nelsa llenos de casetes fue descubrir el tesoro al final del arco iris. Tenía de todo y entre sus favoritos se encontraban los casetes de Mercedes Sosa. Los sábados cuando no tenía clases en la universidad se quedaba durmiendo hasta tarde y luego se levantaba a ordenar su habitación escuchando las canciones de 'la Negra'. Bien podría ser ese mi primer contacto con la música de Mercedes Sosa, pero sin hacer mayor esfuerzo la memoria y el sentimiento me plantan una fotografía muy profunda: mi tía Nelsa arrullándonos suavecito para dormirnos, a mi hermano y a mí, con una valiente canción de cuna que reza: "Duerme, duerme negrito, que tu mama está en el campo, negrito..."

Años después me reencontré con Mercedes gracias a Charly García, a la versión que tienen a dueto de Inconsciente colectivo y a ese álbum prodigioso llamado Alta Fidelidad. En 1997 la vi -por primera vez- cuidando a un Charly díscolo en El Campín, aguantándolo y arrullándolo, como mi tía hacía con nostros cantándonos canciones de Mercedes. Un par de años más tarde la volví a ver abriendo el cielo bogotano con su voz en la plaza de toros La Santamaría, yo, que estaba con mi tía, sentí que saldaba una deuda con mi infancia y sus canciones.

Podría decir que la voz de 'la Negra' se ha apagado hoy y en parte no mentiría del todo, pero para hacer honor a la verdad, creo que la voz de cada cantor que silencia el fin de la vida, se extiende en el tiempo y el espacio cada vez que algún hombre lo recuerda entonando sus canciones.

Hace varios años, cuando trabajaba en un gran programa nocturno de una antigua estación de radio bogotana, me encantaba poner esta canción que Mercedes Sosa supo hacer suya como otras tantas. Esta vez su autor -Alejandro Lerner- se sintió orgulloso y complacido de que ella la cantara.

Gracias tía Nelsa. Gracias Negra.




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