2 de junio de 2009

Ella: Hace unos días mi amigo Pala escribía en su blog personal (http://palabraspala.blogspot.com/2009/05/ruta-7.html), que no cree en esa teoría de que las canciones le pueden cambiar la vida a la gente. Bien lo sabe él que yo sí creo en ella. Más allá de pensar en el lugar que le corresponde a los compositores, para mi lo importante es la canción; independiente de quién la haya hecho, en qué fecha y lugar, y del género musical al que corresponda; la reina es la canción. Creo que ellas -las canciones- tienen el poder de detener el tiempo por brevísimos instantes; tienen el poder tirano de transportarnos en el tiempo, a su antojo, a un momento bueno o malo del pasado; también tienen el poder de permitirnos quedar en el corazón y la memoria de otras personas; pero sobre todo -para mi- tienen el poder de curar y de cambiar.

Tenía 13 años. Estaba frente al televisor. No era 1964 sino 1993. Y tampoco estaba en Nueva York sino en Bogotá. De pronto me tropecé con una canción de los Beatles que -lo juro- cambió mi vida para siempre. Ahora busco las canciones, como un condenado la salvación, para sentirme en la ruta sin importar la gloria o la pena.

Bien lo dijo Don Joaquín Sabina alguna vez: "No sé quién lo dijo pero me gustaría haberlo dicho yo: una canción es una buena letra, una buena música, una buena interpretación, un buen sonido y algo más, que nadie sabe lo que es pero que es lo único que importa".

Una muestra de ello es esta canción del más grande de todos. Con tan poco hizo tanto, hizo casi todo y aún me pregunto cómo demonios. Pero no importa.




3 comentarios:

Caselo dijo...

Beto hermmano y amigo. Coincido pelnamente. En mi caso me han cambiado la vida tantas canciones que siempre termino reinventándome. Y claro, don Jose Alfredo Jiménez si que sabía ese truquito para hacer girar el mundo como le daba la gana.

Un abrazo mi llave

Carlos Eduardo

MariaPaulaLG dijo...

Completamente de acuerdo contigo. Excelente post.

Un abrazo

Ana María Amaya-Villarreal dijo...

Yo también trato de hallar el olvido al estilo jalisco, pero José Alfredo y el tequila siempre me hacen llorar. Y mil canciones me hacen llorar. Y cada una de esas lloradas me cambia la vida.